Mientras esperamos tiempos mejores seguimos moviéndonos dentro los límites autonómicos y este fin de semana hemos repetido en Castillo de Bayuela porque la meteorología era adversa en otras zonas de la comunidad. La noche del jueves llegábamos al Bayu Camp 4 Ula, Lega, Nuria y yo para así estar en el terreno de juego el mismo viernes por la mañana y tal como habíamos hablado durante la semana no subimos hasta El Redil. Ahí arriba Carlos Álvarez y Fernando Rey hace tiempo me enseñaron las líneas que abrieron y Lega y yo decidimos subir después de tanto tiempo a mirárnoslo con otros ojos. Es cierto que Ula y yo habíamos subido en mayo durante el primer desconfinamiento y el calor apretaba bien y no tuvimos ganas de andar más.
Nada más llegar a las vías de El Muro en lo alto del cerro hicimos, delante, primero una de esas reliquias que Tino Núñez ha diseminado por todo el Sistema Central. Un bloque que equipó con una chapa ¡hace 30 años! y llamó "La Mayor de las Alturas", eso es, hace 30años.
Ula en "La Mayor de las Alturas" con el clásico paisaje bayuelero primaveral de fondo. Después calentamos en otra línea, más fácil, que está delante de El Redil y fuimos directos a la joya de la corona del sector, "Vivo en un Sinvivir". Esta línea tiene la versión dura que es la que viene desde debajo del todo en la izquierda y otra menos dura entrando sentado justo debajo. Como es de sobras conocido nosotros íbamos a la menos dura.
Ula dejándose la vida en "Vivo en un Sinvivir" donde un par de movimientos le quedaban muy largos y si le sumamos el acoso y derribo en ráfagas de Kalashnikov al final no se podía mover.
Naranja con su outfit Contenedor Style no tardó mucho en hacer"Vivo en un Sinvivir" para dedicarse a sisar magnesio, sobar cantos y otras de sus delicias.
Lega sacaba su clase y rápidamente se hacía con "Vivo en un Sinvivir", luego iría yo y Ula maldijo un buen rato en polaco. Lo que ahora llamamos Lágrima Tatuada. Desde ahí bajamos al sector Muse y ahí estuvimos escalando un poco hasta que mitad lluvia y mitad granizo nos hizo abandonar. Luego nos trasladamos al Camp 4 y ahí pasamos la tarde cocinando entre risas. El sábado despertamos y el día era bastante más frío y muy ventoso por lo que buscamos un sector más o menos confortable pero sin viento y nos fuimos a Intuición Medio y Bajo. El día transcurrió más tranquilo que el anterior puesto que algunos andábamos muy tocados de yemas y Los Leguis se marchaban pronto.
Cabe en una de las líneas por las que pasamos. Cuando las necesidades escapatorias de Cabe, Ula y mías quedaron satisfechas nos quedamos en el parking Yurta también cenando y contando historias los tres. Hoy nos hemos levantado sin yemas, con dolor de dedos y agujeros en la piel. Sin embargo, todo ello ha valido la pena tras estos días intensos.
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