Tras nuestro periplo por la frontera entre República Checa y Polonia regresábamos a Snĕžník, en la otra frontera, entre Chequia y Alemania. Era un poco como volver a casa porque aquí estuvimos los primeros 8 días y de nuevo nos reuníamos con nuestro amigo Zdenék que seguía lesionado. No podría ser de otra manera puesto que se rompió la polea cuando llevábamos 5 días escalando. Como todo nuestro viaje en algún momento del día llovía pero eso no nos impedía escalar en condiciones más o menos decentes según el momento del día en el que lloviera. Con toda la paliza que llevábamos encima, el primer día en Snĕžník el cuerpo nos pedía descanso. Anduvimos todo el día vagueando y recobrando energías a base de cerveza checa en casa de Zdenék, que tiene un buen saque-volea.
El martes ya tocaba calzarse los gatos de nuevo y subimos como casi siempre los 45 minutos lloviendo hasta que llegamos al sector Piknik U Cesty para ver como evolucionaba el día y no andar hacia sectores más lejanos. El truco funcionó porque empezamos calentando con todo algo húmedo pero como siempre en la zona, tras la lluvia viene el viento y seca bastante.
Ula en otra masterpiece recomendada en la guía "Kdo ví nic Neví", jurp que me encantaría saber que dicen los nombres pero entre checo, polaco, ingles y castellano mi cabeza empezaba a fallar. Con una fina pero constante manta de lluvia dimos por concluido el jueves nuestro viaje de escalada porque el viernes teníamos que salir por la mañana ya rumbo hacia a casa. Admito públicamente que me he enamorado de la República Checa, de sus paisajes, de sus rocas, de sus cervezas, de la gente y su educación.
Como datos diré que hemos hecho 6000 km entre ida, vuelta y movernos por las diferentes escuelas. Otros 1500 km en ir y venir desde Chequia a casa de Ula en Polonia, 7500 km en total. Y ya que a Ula le encantan los cálculos ha hecho unos cuantos y entre los dos hemos gastado 1750€ en total, 820€ de ellos en gasoil, otros 230€ en peajes (suerte que en Alemania las autopistas son gratuitas). El resto en comer, beber, camping y compras. Tan solo a título informativo. La República Checa aparte de ser un sitio increíble te permite hacer de todo a unos precios bastante económicos. Nada que ver con Francia, Alemania, Italia o la imposible Suiza.
Ya sólo me queda decir que antes cuando había estado 4 días Snĕžník estaba en mi top ten, ahora que lo conozco mucho más, que he pateado casi todos sus sectores, que he conducido por el país, que he dormido en sus campings donde yo era el guiri esta vez y la gente venía para hablar conmigo y preguntarme que coño hacía ahí, sólo pienso en volver pronto. No sé ni cuando ni cuantos días pero espero volver el año que viene.
Tan solo me queda dar las gracias a Zdenék y Pavla, a su amigo Karel, a la cafetería Refugio en Tisá y a la gente del camping Cisarem en Ostróv.