Vienen épocas de aglomeraciones a evitar y según parece nuevas restricciones en materia de pandemia que si bien no serán obligatorias, si son recomendables, nos obligarán alocar en itinerancia.. No voy a entrar a debatir todo lo que se nos viene encima próximamente pero vuelven tiempos duros. Como Ula estaba aun medio floja por la vacuna cogí a Cooper y la furgoneta me fui a escalar a Valcorchero donde estaban exactamente igual por un lado Plixo y por el otro Fernandito.
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De Vuelta por Al Andalus
Llegaba el esperado Puente de la Constitución en el cual Ula y yo teníamos muy claro que nos íbamos hacia Villanueva del Rosario en Málaga, en busca de zonas para escalar fuera del circuito comercial de la muchedumbre. Tras confirmar que el bueno de Charlie Brown andaría por el patio de su casa y tenía ganas de escalar con nosotros el viernes por la noche llegamos al parking de El Roao, un mirador con unas vistas que no tienen precio, y ahí nos encontramos a Nacho y Rebeca que habían llegado un día antes. Lo malo de esta zona en invierno es que el sol no da en el parking hasta las 12 del mediodía y por extensión a los bloques el sol llega algo más tarde. Si sumamos a esto las pocas horas de sol directo que recibe la zona, nos encontramos que aun siendo Málaga es una zona muy fría. Los malaguitas locales encabezados por Charlie y seguidos por Julio, Álex, Álvaro y Javi nos insistieron en que bajáramos a una zona de arenisca cerca del Valle de los Abdalajís donde se estaría mucho mejor, no puedo dar más datos porque los seguí en mi furgo con los ojos vendados y tengo mil cláusulas de confidencialidad firmadas. Nosotros que somos cabezones quisimos darle una oportunidad a El Roao y el sábado estuvimos ahí escalando junto a Nacho y Rebe.
La puesta de sol fue espectacular y es que como digo, las vistas desde este mirador son impresionantes. El sol se colaba como un cañón de luz entre el Torcal de Antequera y Villanueva del Rosario. Haciendo caso a los locales, que por eso lo son, nos bajamos hacia el valle donde estaban, no sin antes pasar por Málaga porque yo soy así de feliz y nos presentamos ahí sin nada de gas para cocinar o poner cafeteras.
Al día siguiente, ya abajo en el valle la situación meteorológica era completamente diferente, Ula estaba contenta por la sensación térmica si bien seguía haciendo frío. Tocaba ir a ver esos bloques de arenisca que ha abierto la peña malaguita con Julio como explorador principal. Una arenisca mezcla de todas las areniscas que conozco, algo rarísimo y espectacular a la vez por la calidad.