Ayer viernes, después de salir del trabajo me fui hacia
La Pedriza donde me esperaban
Lega y
Nuria para acercarnos a
La Raja de nuevo. La semana que viene es mi última semana de trabajo antes de las vacaciones y el fin de semana estaremos de camino hacia la playa a por una ración doble de descanso, familia y si se deja algo de surf. Pero este fin de semana quería quemar mis últimas naves antes de un descanso merecido.
Una vez en
La Raja nos encontramos a gente conocida como
Roger que anda una temporada por
Madrid y ahí estaba escalando. En mi segunda visita a esta zona me encontré mucho más a gusto, hacía menos calor y menos bochorno y ya estaba más familiarizado con esa roca granítica-basáltica.
Empezamos calentando en el muro tumbado para ir cogiendo tono
Nuria calentando en "
Marimorena", vía tumbadita, con canto y a la sombra. Ideal para desentumecer los músculos. Una vez finiquitamos la vía nos pusimos con el muro más desplomado para ir haciendo todas las vías que pudiéramos según sensaciones. Así nos metimos luego en "
Laura" y algo más tarde en la exigente tecno-vía "
Ciento y la Madre". Mientras tanto el amigo
Roger andaba repitiendo todas las vías que se encontraba por delante para probar hasta donde podía forzar su dolorido dedo.
Roger en la parte superior de "
Renenaza", donde tiene clarísima la secuencia y donde está cada uno de los cantos. Mientras tanto, nosotros para relajar cambiamos un rato de muro y nos volvemos al que no desploma para tirar un poco de pies y descansar los antebrazos.
Lega tirando de tríceps en "
Joselín", una vía corta en la que el juego de pies es imprescindible y más cuando la parte superior de la vía está 300ºC más caliente que la parte inferior.
Y unas cuantas vías más tarde y ya con el sol puesto decidimos ir a cenar al
Tranco, donde nos pusimos hasta el eje de cervezas frescas y manjares buenos. Realmente lo nuestro es el comercio y el bebercio, creo que lo de escalar es la excusa. Ya de noche subimos a dormir a
Cantocochino donde después de unas conversaciones surrealistas nos fuímos a dormir. Esta mañana, bastante pronto nos hemos despertado por los ladridos de
Marley, que se había montado su propio
San Fermín y ha aparecido corriendo delante de los bravos, como un buen mozo de
Iruña. Yo he cerrado la puerta de la furgo por si acaso y he confiado en su
savoir faire.
Después de desayunar nos hemos acercado a
Quebrantaherraduras Inferior donde hemos intentado hacer todas las vías que hemos podido antes de que el sol pusiera la roca como recien salida del volcán. No hay fotos porque no tenía batería, pero llevo una paliza bastante seria entre la escalada y el calor.
Al final, cuando el sol ya azotaba durante el mediodía me he vuelto para casa porque ya no veía posibilidad de seguir escalando por la tarde. Mientras que en casa, la cosa pinta de piscina y siesta.
Así que voy a ponerme a trabajar en ello.