Los últimos días en Fontainebleau han sido un poco raros porque se nos ha juntado el cansancio con la humedad que ha empezado a hacer estos días tras las lluvias. Todos los días hemos tenido humedad pero los primeros días hacía calor y era otra sensación. Mientras que después que hubiera llovido unos días se ha quedado un alto porcentaje de humedad e incluso algunos días nos hemos levantado con niebla en contraste con el resto de días que amanecía con todo seco. Las condiciones no han sido excepcionales pero siempre hemos tratado de buscar el mejor sector y así durante estos días hemos estado en Franchard Cuisinière, J.A. Martin, Rocher des Hauts de Milly, Rocher de Potala y Cuvier Este y Bellevue el último día.
En Franchard Cuisinière hacía por lo menos 10 años que estaba y me ha sorprendido mucho, además del buenísimo circuito rojo, la calidad de la roca comparada con la de sus vecinos Franchard Isatis y Hautes Plaines donde estuvimos al principio del viaje y que yo no suelo ser muy fan de los grandes sectores con la roca pulida por la afluencia de escaladores durante décadas.
Toni resolviendo "Iliad" en el bonito muro que hay a la entrada del sector, fue el último bloque del día con los tardíos rayos de sol colándose entre las copas de los árboles. El sábado los cuerpos no estaban ya para muchos excesos y decidimos ir a Cuvier Bellevue a buscar un bloque con unas líneas que nos habían recomendado y ahí estuvimos escalando con Farid y su hijo. Fue la despedida de otro viaje a Fontainebleau que ya es una tradición y donde siempre surge algo nuevo que contar como historieta desternillante. El sábado en cuanto acabamos de escalar recogimos todo y a las 19h salimos dirección Toledo para llegar a las 8 de la mañana. Buena opción yendo 3 ya que conduces 4h y se acabó y además te ahorras cruzar Madrid un domingo por la tarde para entrar por la A1 y salir por la A42.
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