Llegó el momento esperado también llamado vacaciones y Ula y yo poníamos rumbo a nuestro destino elegido para este verano, de nuevo la República Checa. Un paraíso de mesetas, torres y bloques de arenisca negra mayoritariamente donde la amabilidad de las gentes y la exuberancia boscosa del las escuelas hicieron que me planteara volver por tercera vez, ya estuve en 2018 y en 2021. Además, tenemos a Zdenĕk y Pavla viviendo en el epicentro de una de las mejores escuelas de bloque del país en Snĕžník y también la vecina Modřín por lo que por ahí empezaríamos nuestro viaje aunque la intención también es visitar otras escuelas como Ostaš y Bor también en la Chequia.
Lo primero es conseguir orientarte y comprender no sólo la logística si no también como llegar a cada sitio y sus reglas. Por lo que de primeras fuimos al sector Best of Direct en Snĕžník que ya conocemos bien pero donde todavía teneemos mucho por hacer, como en toda la escuela.
Ula calentando en una línea muy buena en un muro que alberga líneas ideales para afinar los dedos después de dos días en la furgoneta conduciendo por media Europa.
El clásico posado de cada salida a escalar entre Ula y Cooper que la verdad no sé quien de los dos posa más y mejor. El día transcurrió con una toma de contacto donde anduvimos haciendo muchas líneas para que nuestros cuerpos se desentumecieran después de tantas horas sentados en la furgoneta. La paliza fue intensa y acabamos en el camping de Ostrov, al lado de Tisá, donde ya me conocen. No por famoso si no porque ahí no están acostumbrados a ver a nadie que no sea checo, polaco o alemán y ahí yo soy el auténtico guiri, rara avis, y es la tercera vez que estoy ahí.
Algunas de las torres de la gran zona de escalada tradicional checa a las que se accede desde el camping de Ostrov. El segundo día decidimos que nos acercaríamos al sector East Side que como dice su nombre está en el lado este de la meseta que en su perímetro tiene las torres de arenisca y los bloques, más de 90 boulders con muchísimas líneas en total.
Disfrutando de "Gloom" una línea excepcional, una masterpiece como diría el Lendi (Foto de Ula). Una de las cosas que me gusta es que ahí los bloques tienen un nombre que generalmente coincide con el de la línea más clásica o conocida aunque albergue otras tantas.
Llegaba el momento del final del día y como siempre tocaba deshacer el camino para bajar hacia el parking. Lo bueno de escalar aquí es que te pones en forma porque cada día hay que subir entre 30 y 40 minutos dependiendo del sector pero ahí la gente, tanto los que hacen escalada tradicional checa como bloque no son perezosos y tienen muy interiorizado todo el proceso que se resume en andar-escalar-andar.

Las vistas de la región de Saxonia (alemana y checa) desde arriba de la meseta son impresionantes y se pueden ver antiguos volcanes y mesetas de arenisca con sus torres mires hacia donde mires. Vuelta al camping, preparar cena y a dormir pronto porque no entiendo el porqué pero aquí en el camping a las 7 am ya es un hervidero de actividad entre escaladores, bloqueros, ciclistas y turistas. Desafortunadamente, esta semana venía una ola de calor atípica para el centro de Europa y nuestro tercer día coincidía con la llegada y el aumento progresivo de temperaturas por lo que decidimos ir a la escuela vecina de Modřín para refugiarnos en su tupido bosque centroeuropeo. Cuando estuvimos la última vez hace 4 años no pudimos escalar mucho ahí porque llovía cada día y los bloques estuvieron muy mojados y con verdín. Sorprendentemente esta vez todo estaba seco y aunque hacía calor podíamos elegir casi todas las líneas porque todo estaba seco, aunque con cuidado porque ahí las líneas son generalmente altas. Volvimos de nuevo al sector Central y nos pusimos manos a la obra.

Cada parking, cada cruce de caminos tiene una señalización digna de foto. Tras la caminata de rigor, aunque en este caso en su mayoría horizontal llegamos al sector Central y nos pusimos a escalar.
Ula navegando entre regletas en "Ramblayz" donde pudo hacer lo que más le gusta que es arquear, con permiso de los los desplomes.
Ula de nuevo en otra masterpiece que se llama "Prádelna" que quisimos hacer la visita anterior pero fue imposible porque rezumaba agua y verdín por todos los lados. Esta vez estaba seca como todas las líneas aunque el calor y la humedad del bosque empezaban a hacerse pegajosos pero nada comparado con lo que estaba previsto para los dos días siguientes. Así pues, decidimos hacer un cambio de planes y en vez de visitar Polonia la semana siguiente, decidimos ir estos días de máximo calor y volver a Chequia el domingo para centrarnos ya en la escalada en las otras zonas que queremos visitar y volver a estas para la tercera semana.
De momento, unos días de descanso y playa en el Mar Báltico para pasar este calor sofocante que si no tiene nada que ver con el calor manchego te aplatana de la misma forma.
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