Tras un sábado pedrero nuestros cuerpos no estaban para muchos trotes más pero el domingo por la mañana hablamos con Radu y al final nos animamos a escalar algo. Uno de los requisitos era que el sitio no estuviera muy lejos puesto que íbamos cansados y sólo a pasar el día. Surgió la idea de ir a El Cerro del Viso y no me pareció mal por lo que a mediodía, español, nos encontrábamos ahí con Radu que estaba con Rebeca y Robert. Lo bueno de ir a El Cerro del Viso con Radu es que no tienes que interpretar nada ni mirar ninguna foto de una piedra plagada de líneas, así que nos dejamos llevar.
Ula en el crux de "Serendipia" que era uno de sus objetivos porque la única vez que ella había estado probo la línea con mucho calor. Exactamente lo mismo que el domingo cuando se puso a probarla en el momento de más calor y moscas. Hay un par de cantos que son pura marmolina pero es lo que hay, hace tiempo nadie imaginaba que hubiera bloques en esa colina. El cansancio de la jornada anterior aparecía a media tarde y finalmente nos volvíamos a casa tras un finde variado y como siempre divertido.
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