Climbing with Dr. Sputnik

Aquí se hablará de la vida, de lo humano y lo divino, de lo natural y lo metafísico, pero por encima de todo, con HUMOR.

16 ago 2021

Seguimos Explorando la República Checa

Tras 3 días de descanso en Polonia visitando a la familia de Ula tocaba volver a calzarse los pies de gato y esta vez fuimos a la parte oriental de Chequia, en la frontera con Polonia, donde hay otra escuela brutal como Ostaš.  Tal y como llegamos disfrutamos de las comodidades del parking, donde se duerme por un módico precio y se puede disfrutar de las instalaciones del camping de cabañas de al lado. Mucha gente que escalaba el estilo local tradicional checo y me sorprendió ver algunos que a las 9 de la mañana llegaban, abrían una yonkilata y se ponían a preparar los nudos y demás cachivaches que se usan aquí, pocos.

En Ostaš los sectores de bloque están en la base de los farallones de agujas como siempre y están nombrados de la A a la E y cada bloque tiene un nombre, suele ser la línea más famosa, y en la guía un número además de la letra. O sea, muy fácil. Empezamos en el C que tenía una alta colección de estrellitas y fuimos con un polaco, Hubert, que andaba sólo y se apuntó aprovechando que Ula también era de la madre patria.

Hubert en "Po Sedmé", la línea central de un muro de calidad excelente con unos sextos no menos excelentes con los que calentar y cogerle el feeling a la roca.

Ula en el impresionante "Silmargl" de los que engañan porque parecen asequibles pero arriba se complican y endurecen.

Hubert en "Vpravo" en otro muro vertical de triedros, bípedos, monodedos de todos los tamaños. El bochorno durante el día en el bosque fue intenso hasta que empezó a soplar, por eso fuimos a una de las zonas altas. Ese bochorno fue el preludio de la tormenta que cayó cuando nos íbamos a dormir, cayó agua de verdad, flipado. Al menos pudimos tomar unas cervezas, como no. Al día siguiente decidimos que lo mejor er air más alto aun, más lejos también, y acercarnos al sector D. Nos dejamos la vida escalando en un bochorno recio pero seleccionando los bloques según el momento, por algo ya somos casi locals.

Ula en "Fanka Panka"una delicia de desplome con regletas de todos los tamaños.


En la línea central directa "HupCuk Revue" que surca el desplome entre unas regletas no del todo buenas. Foto de Ula. Aun no siendo fan de las travesías, "Long Vehicle" merece ser escalada y así lo hicimos para calentar.

Ula en "Rudlík" otro impresionante muro con líneas de hacer y otras de apretar.

Buscando sombra subimos hasta lo más tupido del bosque al pie de la muralla donde nos dejamos las últimas fuerzas, Ula en "Zádová", otra joya recomendada aunque con el top más verde que los chistes de Arévalo.


Pues eso, para no perderse. El domingo nos levantábamos pronto, como siempre, porque aquí amanece a las 5 de la mañana y a las 7 la peña ya está en movimiento y a las 9 escalando. Pensamos que como queríamos ir a Adršpach por la tarde y hay un horario de cierre de visitantes por lo que deberíamos escalar cerca.

Ula en la preciosa arista "Vyletnická Hrana", muchos apretones y pocas fotos pero hicimos líneas muy buenas de todo tipo y con un tacto verdín intenso. Con el tiempo ya sé que hrana es arista, pivo es cerveza,  hranoli patatas fritas en checo. Así que las 15h nos fuimos a Adršpach que está a 20 km pero es una vida, luego quejaros de las autovías. El sitio es famoso por su laberinto de torres, muros, pasillos, desfiladeros y cuevas. Cualquier foto que ponga no refleja la dimensión del fenómeno geológico por el cual vas andando.


Ula en una de las torres mítica, en todas se escala y en por todas partes aparte de turistas también había muchos escaladores clásicos.

Un estrecho desfiladero donde la temperatura baja 10 C, esa es la entrada.

Cosas que se hacían antes en las rocas pero que al fin y al cabo forman parte de su historia también.

Gente recia en ruta clásica.

Mar de roca en Adršpach.


Todas las formaciones más singulares tiene su nombre como en muchos sitios, estos son Los Enamorados. Tras 2 días y medio en Ostaš, más la paliza de arriba a abajo que nos dimos en Adršpach nos hacía llegar de nuevo de noche a Snĕžník donde hoy tocaba descanso en casa de nuestro amigo Zdenék. Mañana empezamos a afrontar la última semana del viaje, espero que la meteorología respete.

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