Tras dos días lloviendo aunque en el primero escalamos algo, tocaba arriesgar y bajo una manta de agua nos movimos al lado germano de la frontera donde se encuentra la escuela de Bahratal. Es una meseta de torres y bloques que continua la anterior de la anterior y precede a la posterior de la posterior. Para que se entienda, este lluvioso bosque está petado de rocas. Así que Ula y yo recogimos de nuevo a Zdenĕk en su casa y tiramos hacia el diluvio con la promesa de unos desplomes que nunca se mojan en el sector Schlachthof. Salimos del coche jarreando al estilo checo y nos plantamos debajo de unas torres desplomadas donde en la parte de abajo tienen bloques y travesías para cuando hace malo, que es siempre.
Ula llegando al tope de una de estas buenas líneas. Increíble el tacto de esta de roca en condiciones de humedad total. Seguía cayendo agua como si no hubiera un mañana y nos movimos hacia otra torre con sus característicos bloques en la base. La calidad de las fotos viene determinada por la profundidad y oscuridad de los bosques en los que nos movemos.
Ula en otra de las líneas que hicimos. Y es que a lo tonto llegamos a las 14h y nos fuimos a las 19h sin que parara de llover y sin para de escalar. Lo que viene llamándose salvar el día.
Durante la noche estuvo lloviendo como suele hacerlo aquí cada 15 minutos pero por la mañana el sol pegaba y la humedad se levantaba en forma de niebla y bochorno y luego llegaban los chaparrones. Para ser honesto, viniendo de los 40C de Toledo no me molestan en absoluto y además estamos escalando siempre, ¡Esto es estilo checo, tio!, me dice Ula. Pues venga, que por mi no sea, si yo estoy encantado. Hoy hemos subido hasta la torre donde los bloques que hay ahí están más expuestos al viento que los que están dentro del bosque, el sector se llama Skalní Mĕsto.
Martyna calentando en una de las líneas fisuradas de la zona con la célebre torre del lugar que en su día serviría para lo suyo, hace siglos.
Sonja luchando con los adherentes romos de “Stará Známá”. Como empezaba a llover de nuevo nos hemos bajado atravesando los sectores del bosque para acabar en Respekt porque había líneas que estaban escalables y eso hemos hecho hasta que ya ha empezado a caer la de verdad y hemos llegado a la furgo con todo mojado otra vez. Llevamos menos de una semana y el balance es que hemos escalado dos días en muy buenas condiciones, uno no y otros dos días en estilo checo que te pone bien (incluidas las cervezas). Me tiene alucinado la adherencia de la roca en mojado y con humedad y que después de caer la mundial estás escalando en 15 minutos, después de 30 minutos subiendo a todo rabo.
En fin, seguimos en la pomada.
Así acabé describir la entrada el viernes pero es que el fin de semana han sido dos muy buenos días de escalada donde no sólo hemos triunfado sino que la lluvia ha hecho acto de presencia cada día a las 20h. Eso significa que para escalar perfecto pero para bajar otra vez como anchoas. No queda ropa seca en condiciones. El sábado fuimos de nuevo a East Side pero esta vez entramos al sector por el lado opuesto para ver lo que no nos dio tiempo la primera vez.
Ula calentando en "Ráj", otro muro con buenas líneas y espectaculares aristas.
Ula en "Borúvka" en otra arista fonteneblística y es que la roca en algunos sectores es muy parecida. Los cuerpos no andaban para mucho tute y las yemas menos ya que era el séptimo día de escalada de ocho, desde que llegamos. El día anterior había sido duro pero reconfortante y para este habíamos decidido hacer bloques de estrella en la guía para hacer una especie de reposo activo.
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