Relajación de restricciones en Castilla-La Mancha para acabar con el confinamiento municipal y Ula y yo nos poníamos de nuevo en la carretera para salir un poco de la rutina del último mes. Como en el Día de la Marmota, que es este año, tocaba mover la furgoneta una vez reparada después del encuentro accidentado con la madre de Bambi de las vacaciones navideñas y poner rumbo a Tamajón, por ejemplo. Al llegar el viernes por la noche a nuestro destino nos dimos cuenta que igual no había sido una buena idea porque todo estaba bastante mojado. Efectivamente, el sábado por la mañana cuando íbamos a escalar ya vimos que habría que escalar no donde quisiéramos sino donde estuviera seco. Anduvimos escalando en las zonas menos expuestas a la humedad porque chorreaba agua de todos los techos y desplomes.
Ula en una de la líneas de un corralito que nos gusta donde hemos estado escalando de nuevo donde hemos podido que no estuviera mojado. De todas formas, ha valido la pena salir después de un mes casi donde no hemos podido movernos de Toledo y cualquier roca del municipio nos saludaba como si nos conociéramos de toda la vida.
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