Climbing with Dr. Sputnik

Aquí se hablará de la vida, de lo humano y lo divino, de lo natural y lo metafísico, pero por encima de todo, con HUMOR.

17 dic 2016

Volando Voy, Volando Vengo...

Como reza el refrán, después de la tempestad se escala en Zarzalejo y eso hemos puesto en práctica unos cuantos. Después de toda la semana de lluvia, incluida esta mañana, llegábamos a Zarzalejo con la fe puesta en la previsión meteorológica que decía que paraba de llover y secaba rápido gracias al viento. Efectivamente, así sucedía y ahí nos me presentaba junto a René, Paula, Víctor, Lorena y Cris para ponernos manos a la obra entre un tacto brutal y un frío acojonante gracias al gélido viento de norte. Ahí nos encontrábamos al inefable Puli con un grupo, a Jordi, David y otros tantos conocidos para compartir siempre bloques a sotavento.


Paula en el filo clásico y característico de la Pradera "Bavaresa Bisagra" resguardándonos del viento.


Cris en otra de las líneas en las cuales hemos estado calentando y a la vez siempre había alguien pisando los crashpads para evitar que se levantaran volando como la alfombra de Aladino.


Lorena que por un día ha aparcado la caliza y la cuerda se medía cara a cara con "Chakra" y su desencajamiento de cadera.


René se golpeaba el pecho mientras olía el culo de los ahí presentes para demostrar quien era el macho alfa y encadenaba esta bonita arista que le he enseñado y desconocía. Al rato hacían acto de presencia Davilo y Davicín como la mítica pareja del humor Tip y Coll con sus  extrañas conversaciones de galapagareños.


Puli acostumbrado a hectómetros de roca cuando sale a escalar se divertía subiendo todos los bloques, sin dejarse ni uno. Motivación fuera de dudas.


Puli disfrutando del canto comercial en "KSO" con un solo crashpad pero con buenos porteros, al final el crashpad está sólo por si te caes. La gente empezaba a desaparecer y nos quedábamos el trío calavera compuesto por la pareja cómica de Galapagar y por mi y yo la verdad es que ya estaba muerto de frío y de cansancio así que me he dedicado a acompañarles un rato con la puesta de sol típica y con un frío en el cuerpo que aun, ya en casa, no me he quitado.

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