Menudo fin de semana, el sábado por la mañana me dirigía a Zarzalejo donde había quedado con Lega y Nuria y Davilo y Lidia para escalar un poco a pesar dela pésima predicción meteorológica que teníamos en las manos. Pensamos que si se podía escalar en algún sitio sería en Zarzalejo. Así que sólo llegar y viendo los nubarrones que acechaban encima de nuestras cabezas Lega, Nuria y yo nos dirigimos del tirón a La Pradera para tratar de calentar mientras veíamos como se posicionaba la tormenta confiando en que Thor sería benévolo con nosotros.
De camino a loa bloques las nubes iban cerrando las pocas ventanas donde aun se veía el cielo azul y el viento empezaba a indicar tormenta. Fue llegar a La Pradera y de repente empezó a jarrear agua como si tuviéramos que empezar a construir el arca y a llenarla de animales. Al cabo de un rato vimos el momento en que aflojaba y salimos al sprint en dirección al coche. Craso error, ya que a medio camino volví a llover en formato ducha y tuvimos que refugiarnos donde pudimos de forma que cuando salimos de nuevo estábamos empapados. Y de ahí nos fuimos al bar, donde al cabo de una hora me llamaba Miguel Ayllón, que venía con Pablo, para preguntarme si estaba aun en Zarzalejo. Le dije que si, que había ventana pero que no sabía cuanto duraría. Se animaron y vinieron y volvimos a subir los 5 a La Pradera de nuevo. Y en ese momento empezaba una maratón de bloques, los que estaban secos gracias al viento, siempre con la lluvia como al acecho como la Espada de Damocles.
Miguel en "Bisagra Bavaresa" calentando rápido y ya buscando la siguiente línea. Al cabo de 15 minutos y cuando ya vimos que no llovía sugerí que podíamos aflojar el ritmo e intentar llegar vivos al coche.
Lega tirando de elasticidad y de largo en "Las Supernenas", otra de las líneas que se dejó escalar.
Miguel en otra de las líneas de La Pradera de la cual no recuerdo el nombre con Madrid al fondo antes que llegara la tormenta, la segunda del día.
Lega en una línea que nos enseñó Miguel en la zona baja cercana a los bloques de la cantera y que nos vendió como factible y sin embargo sólo él la hizo, de hecho se la meó unas cuantas veces para mostrarnos cuan fácil hacía el movimiento que nosotros éramos incapaces de ni olerlo. Ahí empezó de nuevo a llover y nos dirigimos al coche al menos un poco satisfechos de haber escalado unos cuantos bloques, más de los imaginados a priori.
Sin embargo, llegando al coche volvió a salir el sol y parábamos un rato para secarnos en las líneas de la derecha de "El Mundo al Revés" donde Lega, en la foto, y yo las repetíamos por enésima vez y Nuria las hacía por vez primera.
Nuria en la más difícil de las líneas mencionadas donde se daba un alegrón ya que las dos veces anteriores que la había probado no lo había visto nada claro.
Y volvía a llover, y Cooper debía estar pensando 'me tenéis hasta el rabo' así que nos fumos ya. Unos a su casa y yo a casa de Davilo que ni se acercó porque desde el sillón de su casa no lo vio nada claro. Una cena ayer en buena compañía y hoy hemos intentando volver pero hoy si que no ha habido tregua, que yo sepa, y hemos pasado todo el día en casa hasta que me he vuelto a la mía porque con 20 minutos más ahí habría sido imposible salir del atrapamoscas.
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