La Tranquilidad de Campisábalos

Llevamos unas cuantas semanas en las cuales todos los fines de semana daban lluvias y nublado y hemos encontrado un filón en Campisábalos, donde por otra parte si hay sol y 20º C ya puedes despedirte de escalar. Sin embargo, como ventajas ofrece que es terreno abierto y por tanto ventoso y si como en estos últimos findes la nubosidad está presente, la cosa se traduce en condiciones buenas para escalar. Sin pasar frío ni calor, con algún chaparrón puntual pero siempre hemos podido escalar inmediatamente después. Además de Ula, a esta locura de planes se han hecho muy fans Dorelia y Rocío que esta vez traían a Fran. La semana pasada dejé en el sector El Techo una linea que estuve probando y finalmente en un hiperpegue noté como  me descomprimía y me daba cuenta que estaba muerto. Pero es que quería probar otra línea y me calenté tanto en la anterior que ya no pude, por lo que tenía toda la tarea pendiente y el sábado arrancábamos en El Techo.

Dorelia haciendo una línea muy buena que le he recomendado y que Ula la tenía pendiente del fin de semana pasado.

Ula ha llegado, ha visto como primero lo repetía yo, luego Dorelia lo hacía en unos cuantos pegues tras escuchar atentamente la beta de Ula y ha ejecutado a la primera.

Las lluvias de las últimas semanas han tapizado de flores las verdes praderas de la zona.

Rocío en otra de las líneas del sector que hicimos en el muro principal que no tienen salida muchas de ellas pero son de calidad.

Dorelia probando métodos en el bloque que me lleva de cabeza en este muro y es que después de un pegue muy bueno sin estar cansado llegué de nuevo arriba sin saber hacer el último movimiento. Y eso es lo peor, porque es un bloque con bastantes movimientos, muy atlético y con algún canto doloroso, pues aun no sé hacer ni siquiera intuyo el último movimiento. 

Llegó el primer chaparrón y decidí que podría ser un buen momento para probar el otro bloque que me atraía y no había probado durante el finde anterior (Foto de Ula). Para más inri, la línea estaba en la zona más desplomada y por tanto estaba seco. A mediodía nos movimos al sector Principal donde una tenía una deuda y Fran tenía ganas de probar las grandes joyas del sector donde además nos encontramos a su principal impulsor por ahí. Anduvimos quemando cartuchos por ahí hasta llegar a la fatiga muscular y desde ahí nos fuimos sobre las 20h al Campi Camp 4 donde estuvimos preparando la cena sobre la hierba y echando unas risas durante un anochecer muy bueno.

Hoy nos hemos levantado, desayunado y a las 11 ya estábamos calentando para luego subir a la ola de más arriba donde como siempre Cooper coge una posición elevada desde la cual controla el camino. A Dorelia se le comenzaba a hacer un nudo en el estómago porque estábamos aquí por ella porque -¡Quiero hacer el bloque ese de parkour que hizo Lili!-. Así estamos a su edad.

Dorelia encadenaba "El Nido" en cuanto ha empezado a creer que su cerebro podía hacer toda esa orgía de coordinación. 

Fran como buen escalador conquense se ha encontrado que estaba haciendo bloques que son pequeñas secciones vías de deportiva en Cuenca. Ha disfrutado a lo bestia y no se le ha dado nada mal.

Fran también se ha metido en el bolsillo la variante dura de regletas que comparte entrada con la línea de la foto anterior a la izquierda de "El Nido". A eso de las 15h cuando se abrían las nubes el sol apretaba mucho hemos recogido y nos hemos despedido para volver a casa. Aunque no hubiera hecho calor, estábamos fundidos porque esta escalada es bastante atlética y pide mucho físico, aptitud de la cual carezco bastante. A pesar de todo esto sigo siendo un enamorado del a tranquilidad de Campisábalos.