Otro fin de semana más en el cual la predicción meteorológica era funesta miraras donde miraras no tocaba otra que arriesgarse y pensamos que Campisábalos era la opción y en el Campi Camp 4 nos citamos Plixo, Ula, Dorelia, Rocío y yo. El día iba a ser de esos en los que las tormentas pasaban por todos lados menos por encima nuestro y así sucedió por la mañana en el sector Principal.
Ula en uno de los muros con los agujeros característicos que están hacia el final del sector Principal.
Dorelia casi la caga al dudar en si venir o no, pero finalmente no solo vino sino que además se quitó dos granos en el culo.
Con las lluvias de las últimas semanas todo estaba mucho más verde y las flores abundaban por doquier encima de las praderas.
Plixo ejerciendo de catedrático porque si dice algo relacionado con la escalada y estás presente, mejor atiende. Aquí les contaba en live el tamaño, generosidad y textura de los cantos de salida.
Dorelia a la cual le gusta ir teledirigida, en todos los aspectos, disfrutando de las alturas tras la certera descripción de los cantos por parte de Plixo. Eran las 15h y aun no había llovido pero Plixo ya se tenía que volver a casa por lo que decidimos cambiar de sector y nos acercamos a El Techo.
Ula en una de las líneas asequibles del sector donde estuvimos escalando medio en chispeo común medio en mixto escocés pero el desplome del muro nos dejaba seguir escalando.
Dorelia en una de las líneas que no nos salieron y que yo vi que la pude hacer pero en el último pegue con apretón sobrehumano vi que estaba muy cansado. Y la lluvia no nos dio otra oportunidad y a eso de las cinco y media empezaba a llover bien. Yo no podía ni con mis brazos y tal como llegamos al apalanque nos preparamos la cena todavía fuera de la furgoneta disfrutando de una puesta de sol brutal hasta que empezó a granizar a lo bestia. Esta mañana hemos vuelto porque mi objetivo era calentar e ir directo al que ayer no pude hacer.
Ula calentando en la parte izquierda de el muro principal del sector.
Cooper se siente en el paraíso cuando estamos aquí y es simplemente porque está sobre la hierba no sobre matojos secos con pinchos de todo tipo.
Una vez acabado el calentamiento y antes de ir al que tenía pendiente de ayer todavía hemos hecho un par de bloques buenos como en el que sale Ula en la foto. Luego he ido al bloque, le he dado. un pegue me ha dolido todo, especialmente dedos, me ha resbalado un pie y otra vez a llover a lo bestia y ahí hemos cortado y recogido para tranquilamente enfilar hacia casa. Reconozco que sin que se me dé bien la escalada aquí, el sitio me encanta.
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