4-1-4-1

Ese código numérico no es nada más y nada menos que nuestro planning de escalada para estos primeros días en Fontainebleau. Empezamos escalando 4 días, descansamos 1 que coincidió con lluvia mañanera, de nuevo 4 días más de espléndido sol y cielo azul y hoy corresponde al último 1. O sea, descanso. El viernes llegó Ula para pasar el finde y hoy regresaba a casa junto a Javi Pec al llevarlos al aeropuerto esta mañana llovía. A veces estás aquí parece que todo siempre puede ser peor y en cambio esta vez estamos teniendo cielo azul todos los días menos cada mañana del día de descanso que llueve un poco. Lo dicho 4-1-4-1, aunque por un lado el cuerpo se te queda bastante tullido como te vuelvas loco, nos ha pasado, por otro lado da cosa desperdiciar días espectaculares. Pocas veces se encadena aquí una serie de días así de buenos. En fin, Lega y yo después de una comida japonesa a base de sushi para reponer fuerzas no vamos a hacer nada más en todo el día, ni recoger la casa Javi, y mañana de nuevo a darle duro en la última semana. Mientras tanto estos dos últimos días han sido como los otros, escalar mucho, pocas fotos, muchas risas y algunos encadenes.

El sábado por la mañana fuimos a escalar a Rocher Guichot porque habíamos quedado con las amigas polacas de Ula para encontrarnos y luego movernos al cercano sector Potala donde pasamos el resto de día.

Lega en "Jour de Rêve" una de las joyas del sector aunque indescifrable si las condiciones no ayudan.

Una bonita línea como "La Rombière" me costó un culazo  de primeras porque me confié (de ahí lo de los dos satélites en la zona de culazo) y se me fue todo aunque me desquité como debe ser. Lega como siempre muy atento a la foto.

Lega y Marieti invirtieron demasiadas energías en pegues a "Coin de Paradise" pero la recompensa no fue la esperada y es que aquí muchas veces te encuentras líneas en las que ni tienes ni puta idea de como van ni te lo puedes imaginar.

Ula y Cooper, más inseparables que dos hermanos siameses. De Rocher Guichot nos fuimos a Potala donde sorprendentemente en todos estos años de ir y venir no había estado nunca ni Lega tampoco. Ula anduvo escalando con sus amigas polacas y tras unos cuantos bloques por ahí llegó ese momento en el que se nos acabaron las baterías a todos. Una cena en la cabaña y a dormir pronto. Ayer domingo nos levantamos y organizamos como siempre y dejamos a Ula con sus amigas que iban a escalar a Bois Rond y Javi, Lega y yo nos fuimos a Apremont Désert donde le habíamos prometido la gloria a Javi si aceptaba nuestras sugerencias.

No soy muy habitual de este sector pero si hay algo que me gusta es la roca, su porosidad y su adherencia.

Javi fue inteligente y aceptó nuestras sugerencias y se llevó otro triplete (hemos perdido la cuenta), aquí emergiendo de las sombras en el precioso "Lost in Translation". Acabó el día, volviendo entre las sombras del bosque y Javi nos confesaba que estaba estallado. No sé si pensaría que a nosotros nos sobraba algo, de hecho más bien faltaba. Hoy hemos llevado a Javi y Ula a Orly, como decía, y como es día de descanso no voy a mover ni las pestañas. Queda una semana por resolver cuentas pendientes y me refiero a las surgidas esta semana, no a las acumuladas de 15 años de viajes.