Ayer durante la mañana tenía claro el plan, escalar por la tarde en La Pedriza y hoy en Zarzalejo aunque la previsión de lluvias era casi alarmante había que intentarlo. Así que ni corto ni perezoso al salir del trabajo pasé por casa, cogía todos los cacharros de escalar, a Cooper y me dirigía a Cantocochino donde había quedado con Lomo y Diego. Nos fuimos a Los Puntos Azules donde estuvimos haciendo una ronda de calentamiento con unas condiciones raras en las que no hacía calor pero se notaba bochorno, raro muy raro.
Cooper siempre disfrutando de la vida que le ha tocado vivir, empatizando con la inigualable Pedriza.
Diego en el bloque desplomado clásico del sector que siempre te exige apretar más de lo que crees una vez has cogido el primer canto.
Diego en "El Filo", una de las joyas del sector. La verdad es que Lomo y yo alucinábamos de como de intratable está nuestro amigo. Nos llevó toda la tarde a ritmo con la lengua fuera.
Lomo en "Musgoevash" una vez nos movimos hacia el Bosque de Cantocochino donde nos encontramos ahí a Miguel Cabezas con sus inseparables perros, Lolo y Leva.
Diego en su buen quehacer de la tarde repitiendo bloques hacía rápidamente también "Buscando a Klem" y Lomo detrás con algunos problemillas más también lo repetía tras años de no volver por ahí. Anochecía y todavía llegábamos al chiringuito antes que cerraran donde nos encontramos a René, Paula y una amiga y estuvimos un buen rato en las mesas con unas cervezas y patatas intentando encontrar el sentido de la vida. Luego nos íbamos a casa y yo iba a dormir a casa de Diego con la esperanza de hoy poder escalar algo en Zarzalejo pero cuando esta mañana he pasado por ahí me ha parecido ver el Arca de Noé, así que nada.
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