El jueves por la tarde Lega, Nuria y yo salíamos dirección Rozas donde nos esperaban Toni, Naranja, María, Fran de Málaga, Pitxi y Pablo Honrado para disfrutar de 3 días por los Reinos del Norte, donde siempre disfrutamos de la zona a pesar de los continuos escarceos meteorológicos. Desde Burgos hasta Rozas aun no sé como a causa de la continua lluvia y granizo con bolas de hielo como un escroto de macaco común, sin embargo al día siguiente el sol nos despertaba y nos deleitábamos con un plácido desayuno.
Desayuno al sol con toda la calma en el campamento base, cogiendo fuerzas para un día no con mucho calor pero bastante de bochorno que íbamos a pasar en el sector Buitrera.
Lega calentando en una de las preciosas líneas de calentamiento que hay en el sector donde no recuerdo una línea que no fuera bonita.
Pablo apretando los romos para dejar su huella dactilar en otra de las líneas que hicimos durante el calentamiento. Tras muchas líneas en muchos bloques, algunas se dejaron y otras no, cada uno llevaba unos objetivos así que lo mejor era darle a todos.
Fran en "El Tríangulo" una de las mejores líneas del sector con bastantes trucos y unos romos marca de la casa.
Lega en "Patada Ninja" que fue el bloque que nos dejó KO. Todo el día habíamos estado escalando sin parar, antes de este último bloque estuvimos en un bloque de lance, y el bochorno pasó factura. Sacamos los movimientos pero era al final de la tarde justo cuando se gestaba otra tormenta. Aquí las tormentas suenan, las oyes, te cae una gota y te empapas sino te aporrea el granizo. Por suerte llegamos a los coches cuando empezaba a llover y como no se podía estar en el campamento nos fuimos al bar Goiko, en no sé que pueblo. ¡Muerte!
El sábado por la mañana empezaba así en el sector Spa, con las barritas energéticas cántabras en forma de quesada cortesía de Pablo.
Pablo haciendo la demo en la célebre línea llamada "La Oreja" por una patata con esa forma que después de nuestro paso y del bochorno, si el sábado también, la dejamos como la de Nicki Lauda.
Pitxi en "La Oreja Dino" que tan solo él y yo probamos y es donde uno se deja de equilibrismos y romos para lanzar directamente desde la oreja hasta arriba.
Nuria disfrutaba en "Burning" de los cantos comerciales y del desplome en una de las famosas y más clásicas líneas del sector.
Toni, todo tensión, con el bidedo arqueado buscando el momento de sacar la mano en alto y difícil "El Muro Negro". Ya por la tarde, todo el mundo sabe que después del bochorno viene la tormenta y ya se se oía los primeros truenos y empezaba a llover por lo que decidimos ir a Ahedo para al menos conocer la zona. Sin embargo, al llegar estaba secando y por ahí andaba Hodei con sus colegas que nos enseñaron la zona y nos pusimos a escalar de nuevo entre truenos y viento, no en vano están los molinos ahí por algo.
Pitxi cogía mi cámara para captar mi momento de caca máxima en la salida aun mojada de este bloque, por suerte Fran que es medio Hulk estaba al porteo.
Toni pensando en el plan B en esta bonita línea preparado para el siguiente movimiento. Entonces un enorme trueno, a modo de chupinazo, nos indicaba que quedaban 3 segundos de nuevo para el granizo en formato escroto de macaco común. A correr hasta las furgos con el crashpad en la cabeza y los 3 perros flipando que no sabían lo que pasaba pero estaban acojonados, y yo con los rayos. Como eran sólo las 7 de la tarde nos fuimos a conocer Resconorio por recomendación de Pablo que nos llevó y enseñó todo. Al llegar nos bajamos del coche sin nada para ir a ver y todo estaba seco gracias al viento, por lo que pillamos los trastos y nos pusimos a escalar a toda prisa porque veíamos las tormentas avanzar por el valle. Lamentablemente me dejé la cámara en el coche y no pude hacer fotos pero Lega si que hizo. A la hora, chupinazo y escroto de macaco otra vez. Corriendo al sprint hacia la furgo, granizo de nuevo, empapados por tercera vez en el día. Nada que no solucione un buen bar con una buena cena.
Visita mañanera y despertador cencerril donde el calor y el bochorno se notaban desde primera hora y el cielo se iba encapotando aunque aun no se oía el chupinazo pero la previsión, la distancia y la fatiga nos han llevado a despedirnos todos de todos y cada uno a su casa tras unos días sin descanso, sin reposo, sin perdón.
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