Como seguimos en Fase 2 aun nos estamos encontrando en Castillo de Bayuela todos los escaladores de la provincia cada fin de semana y este no ha sido la excepción. El viernes por la tarde fuimos Javi Pec con la familia y Ula y yo a Intuición donde conocimos a Héctor. Más tarde llegarían Lega, Nuria, Cabe, Dani, Cat, Julio y alguno más para pasar el fin de semana también.
Ula se enamoraba de "Malditos Bastardos" cuando íbamos hacia los bloques principales y casi se hace con esta buena línea en su primera visita.
Ula en la característica bandera de "Malditos Bastardos" en el último pegue que le dio antes de movernos. Tras una noche tranquila en nuestro rinchi ya se intuía un fin de semana menos caluroso que el anterior, así que el sábado tras el desayuno Javi se iba de nuevo a El Redil con los toledanos mientras que Lega, Ula y yo íbamos a la Clínica donde más tarde aparecería Toni. Cuando empezaba a apretar el calor nos fuimos al parking a comer y a descansar, formato siesta, para prepararnos para la jornada de tarde donde nos acercamos a Prados.
Julio aceptaba el reto con nuestra recomendación al decirle -es estilo roco de Toledo y Cuenca- y se metía en "Camino de la Eternidad" resolviendo en pocos pegues tras entender lo de la doble pinza invertida. Las yemas y el hambre nos decían que ya era hora de acabar y nos íbamos de nuevo al campo base para cenar e ir a la cama porque hoy hemos vuelto a madrugar, aunque con calma, para dirigirnos a los sectores Castinebleau primero y luego Muse.
Jesús demostraba que los desplomes con regletas son lo suyo y se hacía por enésima vez con "Muse", una de las líneas más emblemáticas de la escuela.
Ula aguantaba el dolor de las regletas de "Muse" después de cuatro días escalando pero tenía que renunciar a darle más pegues a pesar que se había quedado enamorada, una vez más, de otro de los megaclásicos bayueleros. Ahí nos rendíamos ante la evidencia de ver que no nos podíamos mover tanto por cansancio físico como por dolor de yemas. Mientras estemos en fase lo que sea y no podamos saltar de provincias no nos toca otra que seguir yendo a nuestro jardín de las delicias aunque no estemos en la estación más adecuada.
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