Climbing with Dr. Sputnik

Aquí se hablará de la vida, de lo humano y lo divino, de lo natural y lo metafísico, pero por encima de todo, con HUMOR.

28 sept 2019

4.000 Km Después

Después de más de 4.000 Km he llegado a casa de donde salí hace 15 días rumbo a Barcelona donde recogía a Ula y empezábamos nuestro viaje bloquero. Desde Barcelona salimos hacia Ailefroide en Les Écrins, alpes franceses, donde nos reuníamos con Lega, Nuria, Lolo y Mayte para escalar un día juntos y después ellos se iban a Austria y Ula y yo a Suiza.


En el camping de Ailefroide donde llegamos de noche pero rápidamente localizamos al resto del equipo para ponernos manos a la obra.


Nuria sacando sus recursos técnicos en "Rampe des Plats".


Lolo en cambio prefirió utilizar otro tipo de recursos en "Rampe des Plats".


Mayte iba fina como el coral del Mar Rojo y es que se nota cuando llevas unos días antes en la zona. Cuando acabamos la jornada bloquera Ula y yo nos despedimos y nos pusimos rumbo a Chironico en Suiza que era nuestro destino de vacaciones. Tras un caótico paso por las autopistas alrededor de Turín y Milán llegábamos al Lago de Como y por fin a nuestro campo base al lado del río Ticino donde hemos estado gran parte de estas vacaciones.


Chironico, donde todo está muy organizado y limpio al estilo suizo y ahí nos reunimos primero con  los amigos polacos Sonja y Piotr. Si bien Chironico es una escuela más de granito, está metida en un bosque de castaños impresionantes y tiene un atractivo que hace que al rato de estar ahí escalando sigas alucinando con todo.


Sonja en una de las buenas líneas donde calentamos en el sector Deliverance.


Ula en "Carpe Diem", una de las líneas recomendadas a las que acudimos como los osos van a los panales de abejas repletos miel.


Cooper no podía estar más contento con estas dos semanas de montaña y libertad (Foto de Ula).



Ula en "Galileo Bis" aprovechando las últimas luces, además de las del flash. Al día siguiente elegíamos otros sectores, Boogalagga en este caso, para ir conociendo más este bosque donde siempre encuentras un castaño mayor y más viejo a cada paso que das.


Sonja resolvía "Satanik" con elegancia, soltura y sin apenas problemas. Sin embargo, este sector nos nos convenció mucho tras explorarlo todo y localizar todos los bloques que salían en la guía. Como todos los sectores tiene sus pros y sus contras y nosotros encontramos más contras. 
Al día siguiente llegaba el local Marco, muy conocido por todos los que nos lo hemos encontrado en Albarracín y venía acompañado de Alain y nos dirigimos bien guiados al sector Paese primero para luego ir moviéndonos a discreción.


Piotr arqueando en "Le Cadeau", una buena línea desplomada, como muchas de las que abundan y que escalamos en Chironico.


Marco nos contaba la beta para "The Aviator" donde estuvimos quemando cartuchos un buen rato y la verdad es que la línea es buenísima a pesar de estar un pelín sobada como todos los clásicos estés donde estés.


Ula y yo no pudimos resistirnos al imán que es "The Aviator", una línea que te atrae sólo con verla. Al día siguiente empezó a llover y como hubo escampada general Ula y yo aprovechamos para ir a San Gottardo, el famoso paso a 2.091 m de altitud que separa la Suiza Italiana de la Germana (Cantón de Ticino del Cantón de Ury) y en el cual se escala en un paisaje como Hoya Moros pero accediendo desde la carretera, con muy poca aproximación.


La parte más alta del Gotthard Pass conserva su carácter que le ha dado tanta fama, aunque la niebla, humedad y lluvia sólo nos dejaba ver el paisaje y por tanto los bloques de tanto en cuanto con alguna ventana.


Ula y Cooper aprovechando una de las ventanas que la caprichosa meteorología nos ofrecía para el deleite de nuestras retinas, con la majestuosidad del paisaje alpino suizo como decorado de fondo.


Al día siguiente nos levantamos todavía peor, tras toda la noche de lluvia, por la mañana también llovía y decidimos que era el momento de movernos a otro sitio. Ula tenía una sorpresa muy bien guardada sobre un pequeño sitio en Italia tras cruzar otro mítico paso de montaña. A través de una carretera brutal que separa la Suiza Retrorrománica o Grisónica con Italia, el Splügen Pass a 2.114 m sobre el nivel del mar. La sorpresa tenía un nombre, Cimaganda, y ha sido una de las sorpresas del viaje para mi, de lo que más me ha gustado.


Sólo cruzar Splügen Pass se llega al maravilloso pueblo rodeado de montañas de Montespluga en Italia.


Cruzando el puente de Cimaganda para acceder a los bloques y el hecho es que nos gustó tanto que nos quedamos dos días.


En "Gaggio" (Foto de Ula) un bloque que al final pude hacer pero nos pidió mucho y es que además tenía un poco de componente psicológico por la aletoriedad de un talón en la parte alta y con sólo dos crashpads te ponía a prueba. 


Ula disfrutando de otro desplome en Cimaganda con una de las clásicas iglesias alpinas asomando de entre los bosques de castaños.


Ula y yo nos enratonamos los dos días en "Potere Sardo" y eso que los dos dijimos -es mi estilo- cuando lo vimos por primera vez. 


Al día siguiente tras dormir como angelitos en este tranquilo pueblo nos pusimos manos a la obra otra vez por que había asuntos bloqueros que resolver en un paisaje siempre rodeado de castaños increíbles.


Ula en "Prua con Vistas" otra de las buenas líneas de esta pequeña pero recomendable escuela donde parar en el trayecto Chironico-Val di Mello por ejemplo. 


Y antes que anocheciera queríamos marcharnos dirección Chironico de nuevo y atravesando otra vez el Splügen Pass en sentido inverso a como llegamos y disfrutando de nuevo de sus preciosas vistas. Los últimos días en Chironico no fueron muy buenos ya que cada día llovió algo en algún momento del día y en este bosque la humedad se queda y no se va por lo que los dos últimos días ha sido un ejercicio de supervivencia y hemos escalado lo que y donde hemos podido.


Ula en el precioso pero impronunciable "Rechtsrutsch" donde nos echamos unas buenas risas tratando de decir correctamente esta palabra hasta que la lluvia de nuevo nos hizo movernos a un techo para refugiarnos.


Ula en "Madame Pompidou" donde estuvimos escalando tras la lluvia en algunos bloques secos pero aun así el sector Nivo Bassa fue uno de los que más me gustaron. El último día cuando nos teníamos que volver decidimos hacer parte de la ruta de vuelta por Suiza para disfrutar de sus paisajes en lugar de meternos en las autopistas italianas y la verdad que la elección no pudo ser mejor ya que conducimos hasta Genève y de ahí a Annecy donde dormimos y ya de vuelta a casa tras más de 4.000 km en el corazón de los Alpes. ¡Ganas de repetir ya!

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