Al contrario que la famosa película de surf de finales de los 60, The Endless Summer, este año parece que la primavera no acaba de entrar y aun seguimos con una primavera que por momentos incluso casi parece final de un invierno interminable más que principio de verano. Ayer por la tarde, fieles a nuestra cita, acudimos a disfrutar del que casi será el último día bueno de la temporada. A saber la de días que llevo diciendo lo mismo. Cabe, Lega, Toni, María, Rodri y yo nos acercamos a ver si podíamos apretarnos alguna de las líneas que aun nos faltaban en Castillo de Bayuela. Lega y yo como salíamos los primeros decidimos que podía ser el momento de "Cosecha Propia" y "Triplete".
Nada más llegar arriba nos poníamos a calentar y en la foto se ve a Lega disfrutando de "Slopery" una buena creación de Cabe. Seguíamos calentando con el "Kebab" y nos acercábamos a "Semos Vida" antes de ir a por nuestro objetivo del día.
Lega arqueando un poco más en "Semos Vida" una línea que cepillamos Lega, Cabe y yo en la zona porque detectamos que sólo había bloques duros y pocos fáciles o medios que son necesarios para poner los dedos a punto antes de grandes retos.
María se empleaba a fondo en "De Tripas Corazón", siempre generosa en el esfuerzo, que es un bonito muro regenero y de cristales arriba que probamos hace semanas o meses, ya no sé, cuando se cepilló y nos meneamos poco. Sin embargo ayer, primero yo, luego Lega y finalmente Toni nos hacíamos con este técnico y regletero muro que tiene una salida interesante. Tan solo faltó Cabe, que no escaló ayer y sólo acompañaba, para que el triunfo de la Armada Triple M fuera total. Una cosa nos llevó a la otra y al final ni le dimos a "Cosecha Propia" y Rodri se encabezó con probar "Triplete" que quedó para otra ocasión, aunque a mi sigue sin convencerme una rama con aspecto de caricia de fakir que puede causar alguna desgracia.
Rodri estuvo decodificando los movimientos de "Triplete" y no hay nada mejor que seguir las viejas tradiciones del lejano oeste y mandar a un explorador cualificado a que eche un vistazo. La tarde pasaba, las sudaderas estaban en su sitio, o sea puestas, y nos bajábamos ya no sé ni a que hora pero llegábamos a casa pasadas las 11 de la noche. Es lo malo del horario de verano, que las tardes son casi infinitas.
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