Climbing with Dr. Sputnik

Aquí se hablará de la vida, de lo humano y lo divino, de lo natural y lo metafísico, pero por encima de todo, con HUMOR.

26 ago 2017

Descubriendo La Riba

Llevaba ya demasiados días de playa en Castelldefels cuando el miércoles pasado durante una noche old school de unos cuantos de los perlas con los que crecí y viví grandes historias, Nacho y yo empezamos a hacer planes para hacer un poco de boulder hoy sábado. Y le dije que yo me dejaba llevar que me iba bien donde él quisiera. Así que movió hilos y consiguió unos aliados para la batalla en La Ribas, Tarragona. Estos aliados eran Albert y su hijo Unai y Álvaro y una amiga, de forma que ya sólo quedaba llegar y fundir los bloques. Sin embargo, dichos bloques están en un torrente que por motivos desconocidos modificó su curso natural dejando un motón de bloques disponibles para escalar en un paraje que en catalán llamamos un clot que no es más que una depresión u hondonada por lo que a pesar que había una brisa interesante por momentos, el bochorno ha sido la tónica del día. He llegado con la camiseta empapada y me he ido con la camiseta igual o peor y con un olor a tigre en el coche entre Nacho y yo que hoy era Cooper quien olía mejor.


Nacho en "La Cansaladeta", la primera de las líneas que hacíamos para calentar esta mañana antes que el ambiente bochornoso vietnamita monzónico se instalara. 


Nacho en otra de las líneas en las cuales nos hemos metido por la mañana y de la cual no recuerdo su nombre.


Álvsro haciendo "Lancer Evo", una línea que al pasar por delante he dicho este bloque se hace con este pie. Y así ha sido, Nacho de no verle color una semana antes hoy lo hacía rápidamente con la misma secuencia que yo.


Nacho en "Massa Feina" una arista muy bonita, alta y con algún gesto técnico que había que intuir o adivinar.


Álvaro en la línea desplomada de los invertidos donde hemos oído un chasquido que ha sido uno de sus dedos y de ahí nos hemos ido un rato a remojarnos porque entre polvo, bochorno y cansancio el agua se agradecía.


El río tiene unas zonas para bañarte con agua muy cristalina así que el descanso ha sido merecido. Luego hemos comido, bebido, descansado, reído, contado batallitas y hemos seguido con unos bloques al lado del río. Ya bien entrada la tarde empezábamos a recoger e iniciábamos el camino de vuelta hasta el coche y el viaje a Barcelona de nuevo fatigados con olor a cochino sudado.

No hay comentarios: