Hay dos referentes del cambio estacional en este país, la primavera en El Corte Inglés y el otoño en El Escorial. Javiqui, nuestro Presi, y yo tirábamos rumbo a El Escorial a juntarnos con Miguel Ayllón, Roci, Pablo, Samu, Davilo, Lidi, Rubén, Manolín, Mauri y algunos más que me dejo por el camino para pasar una buena tarde entre los bloques escorialinos con el bochorno pre-lluvia que reinaba en la atmósfera. Tan solo era ilusión por volver a mi escuela favorita de bloque donde aun quedaban moscas y los cantos no se dejaban agarrar bien y lo sabíamos de antemano pero las ganas de ir ahí se han comido a la coherencia. Tras un calentamiento, rápidamente veíamos que había que bajar el nivel de optimismo en cuanto a bloques por hacer y quizás debíamos ponernos en survivor mode.
Javiqui en "Ultraviolence" después de calentar bien, donde la verdad lo único que hemos hecho ha sido calentarnos bien. Miguel por su parte ha querido ver un par de detalles en un experimento en una de las grandes líneas del sector Cetáceos, el "Massive Attack".
Miguel entre las regletas del "Massive Attack" que desde este punto de vista y con el angular parece una Morena de esas que te acojonan cuando salen de kas rocas mientras haces submarinismo. Tras recorrer el sector habiendo bajado el listón para hacer unos cuantos bloques fáciles acabábamos en la zona de "El Labio" y donde en el bloque de algo más abajo ha habido un enratone masivo que ha dejado sin queso la despensa. Pegues a discreción para ir a unos romos que eran auténtica panceta.
Manolín se había propuesto romper el bloque a juzgar por su cara y nos ha dejado muestras de la dura vida del bombero en el parque sin poderse dedicar ni 5 minutos para él mismo. Una tarde en El Escorial con el sabor del otoño, el bosque ya amarillea, y en un par de semanas volverá a ser la alegoría del otoño, como cada año.
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