Rock & Surf

La vida en Castelldefels con los amigos currando o de vacaciones se te puede hacer muy dura. Los días se te pueden hacer muy largos y más con el calorazo bochornoso que está haciendo. El mar tampoco da muchas alegrías y más bien parece una charca con menos olas que la Charca Verde de La Pedriza.
Aun así tratamos de hacer un poquito de todo para divertirnos en familia. La verdad es que con poco que haya ya tenemos para hacer algo de surf con las niñas y nuestro longboard que parece el US Enterprise.



















Sofia en acción, con su peso pluma surfea las olas con buen estilo y alegría. Si las olas no son grandes, disfrutan a tope.
























Carlota demostrando sus dotes de surfera también. Con esa ola y el longboard surfean hasta en olas de 50 cm. Eso si, el único día que había olas de verdad me lo tomé exclusivamente para mi. Venía de entrenar campus en casa de Nacho, que se ha montado una infraestructura para entrenar muy puntera, y tenía los brazos molidos. Remar para coger olas me dejó tirado como un papel de plata sin bocadillo en medio de la calle.



















Un poquito de vela con un Patí Català de un amigo. Es una clase de barco de vela ligera que es un bi-casco con una vela sin sables ni botavara, sin timón que se lleva con el peso del cuerpo como si fuera un windsurf. Llevándolo de proa a popa y al revés consigues marcar los rumbos y virar.

Aun así, sacamos siempre algo de tiempo para escalar unos bloquecillos hasta que la batería de la cámara decide irse de vacaciones.
























Sofia blocando con los pies de gato Boreal Matrix, heredados de Esther Bullido, con pedigrí.



















Carlota en pleno mantle, que para ellas es ¡salida de la piscina! Si así entienden lo que se de hacer, pues así lo llamaremos.

Así que seguimos de vacaciones, hasta el lunes que vuelvo a Toledo y luego todavía estaré de vacaciones una semanita más. Con un poco de suerte mañana haremos otra combinada más de éstas, ya que Nacho ha abierto unos bloques en la playa del final de Port Ginesta y aprovechando la playa en familia, los probaremos y espero que también los encalomaremos.
Aunque con el 70% de humedad ambiental, la cosa pinta más de playerismo extremo que de sufrimiento en la roca.

The Endless Summer!