De nuevo por Hoya Moros, asumiendo que es de los pocos sitios donde se está medio decente en verano y esta vez no sólo había reunión de Equipo con Jorge, Manu e Indi sino que esta vez venían conmigo por primera vez Raúl, el estilete de Cuenca, y Julio, el rey de tenis de mesa. Además Davo y su amigo Jorge también hacían acto de presencia, así como Dani y su insuperable Muka, Cuco y otros cuantos más que nos hizo ver que ya empezaba a subir la gente para ahí desde todos los puntos de la geografía.
Tras la clásica subida a Hoya Moros en viernes y tras una noche muy fría y muy ventosa por fin amanecía esperando a que el sol calentara un poco iniciamos el ritual del desayuno con Raúl y Julio intentando entrar en calor. Como parte del Equipo había trabajado hasta tarde el viernes, las promesas manchegas y yo nos empezamos a mover para asegurarles una buena ronda de clásicos para que se fueran con buenas sensaciones en su primera incursión a La Meca del Boulder Alpino nacional.
La cosa pintaba bien y Raúl, en la foto en "Satélite", y Julio empezaban a cogerle el gusto a este granito alpino que no tiene nada que ver con la caliza conquense donde ellos se suelen mover como pez en el agua.
Julio estuvo muy cerca de llevarse "Orígenes" al bolsillo pero perdonó aunque Raúl no dejó supervivientes ni se había propuesto la captura de prisioneros, sólo tenía en su cabeza una palabra, exterminar. La cosa funcionaba muy bien y en pocas horas ya tenían una lista de clásicos que mucha gente en su primer verano, yo mismo por ejemplo.
Julio en "Techo Patrones" que se lo dejó pendiente, no como Raúl que iba en modo ejecutor. Tras una buena ronda de bloques y cuando los bolsillos estaban bastante llenos de encadenes nos movimos hacia las pozas para que los neófitos las pudieran ver y gozar.
Cruzando el río Cuerpo de Hombre como en su día hicieron los Beatles en el famoso paso de cebra de Abbey Road y ahí al lado nos acercábamos por sugerencia de Dani al increíble "El Latido" donde hubo espectáculo del bueno.
Dani le había echado el ojo a "El Latido" y consiguió hacerse con esta preciosa espectacular línea en la cual Raúl había abierto la veda.
Raúl le dio dos pegues a "El Latido" y salió por arriba con el temple que te dan las rutas old school de Cuenca, donde sabes que hay que templar los nervios y eso hizo.
Tanto Raúl, en la foto en "El Reloj", como Julio seguían cargando la saca con todo tipo de bloques ya fuera fácil o difícil pero siempre con el denominador común de la belleza. Y acabamos cuando ya no quedaban muchas fuerzas en el proyecto de Jorge que tras 3 fines de semana conseguí tachar y ahora sólo falta que se decida por un nombre de todos los que han ido saliendo pero la línea es espectacular y difícil. La noche era para celebrar y aunque el devore nos hizo dormirnos pronto, la satisfacción era grande y así nos despertábamos el domingo con el cielo cubierto pensando que sería un buen día de escalada pero hacia mediodía empezaron a desaparecer las nubes y el sol golpeaba como un martillo golpea el metal fundido sobre el yunque. Aun así, yo no estaba muy fino, Julio y Raúl continuaron tachando clásicos de Hoya Moros hasta que llegó la hora de irnos hacia abajo, regresar al coche y a casa.
Manu en el clásico "Sinaloa" dándole la beta a Julio para que la leyenda negra de este bloque no le estresara.
Julio no se achantaba con "Sinaloa" y gozaba escalando esta buena líneas y unas cuantas más hasta que llegó elemento de volver con el cielo sin una nube y un sol que nos apretó las clavijas bastante pero en fin, ya sabíamos a lo que íbamos. Ahora unos finde de descanso y supongo que a principios de julio subiré otra vez a este lugar donde la tranquilidad adquiere su nombre.
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