Verano, ola de calor, escalar que duro se me hace. Este fin de semana pocas opciones me quedaban para escalar a parte de ir a Cuenca con la famosa piara toledana. De modo que en una decisión en la que tuve que lanzar una moneda con dos cruces al aire, salió cruz por tanto rumbo a Cuenca.
Eso si, como en la mayoría de sitios de África del norte sólo se puede escalar pronto por la mañana o por la tarde a partir de las 19:00h.
Javi Pec con sus dos Paulas, Dani Arija que ya estaba ahí y Pablo Broder y yo fuímos el viernes por la tarde a Cuenca para escalar en Paúles. Y ya hoy sábado en el Camino hasta que el sol ha empezado a atizar. Unos se han ido a las pozas y otros nos hemos vuelto a casa a cumplir con los deberes familiares.
Ayer en Paúles nos dió tempo a darnos un buen tute, empezando con unas bonitas y asequibles vías, de las que disfrutas.
Segunda fase del calentamiento, donde ya hay que hacer algo de fuerza.
Pablo en esta bonita vía del sector Paúles de la cual desconozco el nombre, donde ya empezaba a activarse para lo que le venía.
Pablo en "Action Roko" de cara a la vía que está probando, siguió subiendo intensidad en su especial calentamiento para una vez caliente, con viento fresco y casi de noche dirigirnos al Museo de los Horrores donde se encuentra "Ruth". Quería darle un pegue de encadenar, por lo que había que tenerlo todo under control.
Nos dirigimos al Museo de los Horrores, Javi y yo nos quedamos arriba en un emplazamiento brutal dese el cual ves toda la vía, desplomada, atlética, ¡un viote! Listas las cámaras, Dani asegurando ya abajo y no udo ser porque había muy poca luz y no veía bien los pies en la parte superior.
Lo dejamos ya y nos dirigimos al restaurante chino a hincharnos a arroz y pato y ya luego unos a dormir en furgo y yo me fui con Dani a la casa que tiene en Palomera, bonito pueblo.
Hoy por la mañana nos hemos levantado algo cansados y con un ritmo bastante lento nos hemos dirigido al sector conocido como El Camino donde hemos estado escalando unas vías bastante buenas hasta que ha empezado de nuevo a dar el sol.
Javi, al que le quedaban 2 días, en una bonita y difícil vía, de la que no sé el nombre, que me ha dejado más tirado que una borrachera de Licor 43. Ya con el calorazo de mediodía Dani y yo nos hemos vuelto para casa mientras el resto iba a refrescarse a las pozas.
Y esto ha sido todo en una jornada de escalada, partida en dos, en una ciudad que cada día que pasa me gusta más. La próxima vez espero que alguien encargue un par de nubes buenas para poder disfrutar un rato más.
Y ahora, una siesta vale más que mil palabras.
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