El Escorial Nunca te Deja Indiferente.

El jueves pasado en La Pedriza hablando con Lomo le comenté que el sábado por la mañana podríamos ir a El Escorial, que aunque hace calor no hace mucho más que en otros sitios y hacía tiempo que no íbamos. Como sólo teníamos que ir él y yo, pues así no habrían voces discordantes
En Manzanares el Real están de fiestas, así que Lomo y yo escalaríamos un rato por la mañana y luego él se iría a dormir una siesta para después coger la noche por los cuernos. Utilizo el símil taurino para estos momentos en que parece que los Homo Sapiens nos llamamos así por algo, y parece que se dejarán atrás ciertas tradiciones salvajes.

La sorpresa vino cuando Lomo aparece con Perfiles, con 4 horas de sueño entre los dos, Javi Tron el eterno y Davilo, Mr. Davilovich.
¡Diversión! Pensé, y así fue.
Empezamos calentando por la zona donde está "El Caraculo", hicimos algunos bloques fáciles y nos encebollamos con este bloque asequible pero complicado en esta época del año.























La verdad es que "El Caraculo" dio más guerra que Saddam Hussein, aquí podeis ver una foto entre luces y sombras del interesante pie-mano que hay que hacer.























Lomo en "El Caraculo" una vez has colocado el pie y te levantas en equilibrio sobre la pierna con una regleta en la derecha que resbalaba como si estuvieras arqueando una sépia.

El calor empezaba a azotar, la resaca en los que la tenían seguía causando estragos, así que nos movimos a una zona de bloques que la mayoría no había hecho y estaría más en sombra. Aunque al no haber nada de viento la cosa no pintaba muy bien.
De camino a esta zona, Lomo, Javi Tron y Perfiles gastaron unos cartuchos en un bloque que aun no han hecho y ayer probaron por enésima vez antes de que le diera de lleno el sol. Ese bloque es "El Filo".























Perfiles en "El Filo" sigue estando en la columna de DEBE, esto es argot bancario y él ya sabe por qué va.
Lomo puso algo más de intensidad aun así el resultado fue el mismo. Yo les comentaba que es el bloque de El Escorial al que quizás le haya dado más pegues, mucho más que a otros mucho más duros.























Aun así, nada de nada. Lomo en una foto desde debajo del techo que forma "El Filo".

Aquí y en ese momento el calor empezaba a llegar como si fueran las hordas de Gengis Kan y Davilo, en serios problemas con su resaca, sugirió la posibilidad de ir a otros bloques. Así que montamos un pequeño comité de sabios, tomamos la decisión de hacerle caso y es que en estas circunstancias a ver quien no le hace caso.


















Nos movimos 50m detrás donde está el famoso bloque del "Lance al Corazón". Es como un techo parecido al "Anticristo", algo más pequeño con varias líneas de las cuales la más espectacular es el mencionado lance.
En esto momentos la batería de la cámara ya había dicho ciao. Pero lo contaré de viva voz. Perfiles finiquita rápidamente esa línea de lance, muy bonita por cierto. Detrás voy yo, con todo volando cogido con la mano derecha a una patata enorme con forma de corazón y que si se me llega a escapar con todo el cuerpo horizontal hubiera acabado en el monasterio, por lo menos.


















Mientras Perfiles, trataba de aprender de la vida y es que siempre está dispuesto a ello, aunque la foto parezca un posado para portada de revista gay, es un robado tan natural como la vida misma.

El calor seguía azotando más y más, decidimos ir al bar a tomar algo, finalizar el día de escalada y si Paco, el señor del bar, tenía comida, quedarnos a comer ahí.
Aunque de camino Mr. Davilovich nos enseñó otra de esas joyas de El Escorial, "El Avispao" un bloque asequible, que se complica con calor, que Perfiles y yo resolvimos rápidamente. Un muy buen bloque y bonito.
En el bar estuvimos comiendo, bebiendo y riendo y yo ya me fui a casa. El resto iba a Manzanares el Real de nuevo, a dormir una siesta (lo cual no sería difícil después de las cervezas y sangrías que bebieron) y luego listos para el fiestón. La Madre de todas las Fiestas, que ya preguntaré como acabó, pero sólo diré que había predisposición para ello.

Y esto es todo en una calurosa mañana en El Escorial, en la que sabiendo que haría calor fuímos porque nos apetecía dar una vuelta por ahí.

¡Qué no pare la Fiesta!