De Finde con el Team Esguince de Lagrimal

No quedaba otra que huir de Toledo este fin de semana después de haber visto el viernes que la previsión meteorológica de la tele ponía nuestra ciudad imperial como ejemplo de muerte por incineración.  No había muchas opciones ya que la ola de calor  prevista era a nivel nacional y hacer Km era inncesario, como diría Chacón -¿Pa qué? ¡Pa Na!-. Este fin de semana requería el 100% de mi paciencia, ya que además de mis lios de trabajo que me tienen hartito, me iba con el Team Esguince de Lagrimal, lo que viene a ser con Ula y Luisito Canijo. Desde el principio sugerí que podríamos ir a Grado del Pico y sorprendentemente mi propuesta fue aceptada por unanimidad, bastante inusual por otro lado. 

El viernes noche llegamos y nos tuvimos que abrigar y durmimos con edredón, sólo por eso ya valió la pena. El sábado el Team Esguince de Lagrimal lucía este aspecto discreto pero fashion a la vez por la mañana, a las 7 y media estábamos en pie y a las 9 subiendo hacia el sector del "Gran Torino". 

Ula se metió un enratone de tres pares en este buen bloque con un crux de dinamizar, como si le sobrar piel. 

Luisito Canijo que ha vuelto fino y duro como un cable de acero disfrutaba de los agujeros del muro hasta que fundió biela. Un clásico de cuando dejas de escalar un año y vuelves pensando que estás igual que la última vez.

Ula en el último bloque que hicimos cuando ya empezaba a hacer calor. La verdad es que estuvimos muy bien ahí arriba pero la orientación del muro no dejaba que el viento nos diera y a eso de las 13h el calor ya era duro aunque aun quedara sombra. La piel sufría y ardía y el ambiente empezaba a ponerse recio por lo que bajamos a pegarnos un triatlón de cervezas frias, baño y siesta. Por la tarde había 34ºC y era prácticamente imposible escalar porque la roca ardía por lo que nos entregamos al descanso y recuperación. Esta mañana hemos repetido el plan pero hemos escalado en Campisábalos y me ha chocado que a diferencia de final de primavera ahora el muro principal queda sin sombra a las 11 de la mañana. Aun así, las 3 horas nos han cundido mucho porque no hemos parado, lo cual es parte de nuestro objetivo prevacacional. Escalar lo máximo y con veintimuchos grados cuesta más.