Fin de Viaje: Jaizkibel

Siguiendo nuestro Plan Pirenaico, empezamos en Targasonne siguiendo en Laramade para luego parar en Cavallers. Ahí pasamos 4 días y decidimos movernos y con el rollo que todos los sitios eran nuevos para Ula, excepto Laramade que lo fue para ambos, estaba encantada con cualquier propuesta. Sin embargo esta vez fue ella quien me propuso que podríamos ir a Jaizkibel porque así llegaríamos al final de Pirineo, o el principio según de que lado se mire. Así pues, sin darle más vueltas recogimos campamento en Cavallers y nos fuimos a Jaizkibel donde le di un toque a Mikel y pudimos escalar juntos otra vez un par de días.

Ula quedó encantada de "Setevalapinza.com" en el clásico sector Cerillas. 

Otra bonita línea que hicimos fue la que va por el centro del desplome de la izquierda de los primeros techos, muy buena (Foto de Ula).

Ula en la línea de la izquierda de las varias "Ireki Ateak" y es perfecta antes de enfrentarte a sus hermanas mayores de la derecha, al principio del sector Techos.

Ula luchó fuerte contra el cansancio y el dolor de yemas de los días acumulados en "Ireki Ateak" salida izquierda.

Una de las cosas que más me gustan de Jaizkibel es que hay animales pastando y paciendo por todos lados.

Clásica puesta de sol en Jaizkibel al subir de los sectores a final de día ya que efectivamente hay que subir desde los sectores hacia el parking. Como necesitábamos una ducha tras dos días escalando nos fuimos al camping ahí mismo donde estuvimos ATC (A Todo Confort). El día siguiente, miércoles, habíamos quedado con Mikel a las 15h para ir a escalar a una de sus zonitas locales en unas cuevas cerca de Zugarramurdi, un pueblecito en la misma frontera navarro-francesa.

Ula en una de las líneas desplomadas de chorreras y cantos que hicimos en la cueva que tenía 3 entradas diferentes, quizás diría que se trata más de arcos que de cuevas.

Mikel probando unos de sus proyectos que podría ser el "Off the Table" de Zugarramurdi, porque hay una mesa de madera empotrada en la cueva en lugar del conocido vagón. Esa misma noche empezó todo a ir mal en cuanto acabamos de escalar y nos despedimos. Mikel nos enseñó un sitio perfecto en el bosque para dormir pero decidimos ir hacia la plaza del famoso e histórico pueblo a comer unos pintxos porque estábamos hambrientos. Pues en el instante que íbamos a arrancar la furgoneta para ir a dormir nos dijo que se acabó. Desde el primer día estuvo dando la lata con la parte eléctrica al arrancar pero siempre lo acaban haciendo. Esta vez nos dejó tirados en la plaza del famoso pueblo por el caso de la Inquisición contra las brujería vasca a principios de siglo XVII. Afortunadamente a pesar de ser un pueblo turístico por sus cuevas y brujas, es un pueblo pequeño de 200 personas y ahí en la plaza nos tocó dormir porque no había forma de hacer nada hasta al día siguiente que llegara la grúa a las 9 de la mañana. Luego nos llevó un taxi con todos los trastos y a Cooper hasta el aeropuerto de Pamplona donde nos esperaba un coche de alquiler del seguro. La furgoneta se queda en la base y me llegará en unos días. En fin, se han acabado unas vacaciones donde nos faltaba pasar estos íntimos cuatro días por Santa Gadea. pero el incidente nos mandó directamente a casa. Aun así estamos contentos pero con un sabor agridulce porque hemos escalado 10 días de 12 que hemos estado en la ruta pirenaica que empezó pegados al Mediterráneo y acabó en el Cantábrico.