Climbing with Dr. Sputnik

Aquí se hablará de la vida, de lo humano y lo divino, de lo natural y lo metafísico, pero por encima de todo, con HUMOR.

19 abr 2022

Algo Nuevo y Algo Conocido

Esta Semana Santa nos venía condicionada a Ula y a mi por un evento de esos en ls que no puedes, ni debes, fallar. Me explico, mi padre cumple hoy 80 años e íbamos a Barcelona a celebrarlo pero sin embargo antes del evento había que escalar algo. El plan consistía en una mezcla de algo nuevo y algo ya conocido. El miércoles 13 por la tarde salíamos cuando Ula acababa su trabajo y poníamos rumbo a Arguís, Huesca, donde viven Lolo y Mayte y llegábamos antes de medianoche. En Arguís es donde también hay un pequeña escuela de bloque, vías de deportiva y de pared de hasta 5 largos y que destaca por ser de una arenisca oscura, tirando a negra, muy adherente. Sin dudarlo tenía muchas ganas de probar esta arenisca ahora que ya controlo unas cuantas zonas nacionales e internacionales y en cuanto el jueves por la mañana desayunamos nos acercamos a los bloques del sector Coto de Caza.

Mayte calentando en la línea que va por el filo de la derecha de este cubo de una arenisca de lo más adherente. Yo tenía mis dudas cuando vi la roca pero éstas se desvanecieron en cuanto puse mi primer pie en adherencia.

El calentamiento seguía y nosotros también seguíamos disfrutando como Ula en este bloque raro de esos que siempre decimos lo mismo cuando los escalamos -es muy fonteneblístico-. Este sector tiene bloques de tamaño pequeño pero hay algunas joyas que te hacen preguntarte porque no hay más como esos.

Ula en el hermano mayor de la arista derecha "La Placa Negra" donde las dificultades aumentaban exponencialmente y las regletas exigían dedos de Adamantium. Tras unos cuantas líneas de calentamiento, las hostilidades ya se habían desatado.

Ula en otro plano en plena tensión en "La Placa Negra" donde se puede ver que de placa no tiene nada y de negra, la arenisca pues tiende a ello y repito que es muy adherente.


Lolo con la mirada de killer en "El Escondido" otra buen línea en un buen bloque.


A mi también me gustó mucho "El Escondido" (Foto de Ula) pero a mi me sorprendió y a la vez gustó mucho el paisaje y es que parecía que podías estar en cualquier zonas de bloque de desierto de USA.


Cooper disfrutaba como siempre  pero lo mejor de este desierto es que bajaba agua de muchos arroyos ya que había estado lloviendo bastante durante la semana.


Ula se enfadaba y ya sabemos que es el preludio de su encadene ya que al siguiente pegue se hacía con "La Oreja", otra muy buen línea de las que hicimos. Durante todo el día hizo bastante sol y no sólo eso sino que además hay pocas sombras en este sector por lo que a las 19h estábamos ya muertos y desintegrados y nos fuimos a casa de nuestros anfitriones donde Lolo nos deleitó con sus famosas hamburguesas ternasco style de peso infinito. Vinos, cervezas, risas y la aparición estelar de Little Richard estuvieron presentes hasta que nos fuimos a dormir devorados. El viernes nos levantamos cansados y vimos que el día iba a ser un poco más caluroso por lo que Lolo nos sugirió ir al sector del final donde hay un bloque enorme con buenas líneas para calentar en una cara y cuando el sol empieza a pegar entonces hay que cambiar de orientación y ya hay que apretar un poco más.

Mayte en "Pasamanos" antes que el calor empezara a apretar pero disfrutamos mucho y nos marcamos un reto, hacer 8 líneas de todo el bloque y finalmente Ula y yo hicimos 10. No eran de dificultad pero había que escalarlas y en las condiciones que teníamos ese día. No hice muchas más fotos porque no quería perder el tiempo antes que el calor fuera insoportable. Cuando finalmente dimos por finalizada la jornada bloquear fuimos a comer a casa de Lolo y Mayte en el precioso pueblo de Arguís y finalmente ya de tarde Ula y yo continuamos nuestro viaje acercándonos a Barcelona. Aunque antes de llegar a la ciudad condal hicimos noche en Sant Joan de Vilatorrada que yo quería enseñar a Ula. El sábado nos despertamos en esta escuela manresana y ya vimos que el día sería más caluroso aun que los anteriores en Huesca y sobretodo con más bochorno, lo cual convierten la escalada en algo casi imposible en este lugar. Sin embargo, estaba en el plan y ya que estábamos ahí tampoco nos haría ningún daño. Además, habíamos hablado con Davo unos findes antes y nos dijo que si aparecíamos por ahí le avisáramos porque el vive ahora en el Maresme, cerca de Barcelona.


Ula calentando en una de las buenas líneas de una de Les Bessones. En esta escuela, como en algunos sitios como Fontainebleau y otros de la República Checa donde hemos estado los bloques tienen un nombre y luego cada línea el suyo.


Íbamos subiendo progresivamente la intensidad y dificultad del calentamiento, aquí en otra línea de Les Bessones (foto de Ula), mientras esperábamos a Davo. Y cuando llegó, parecía que había venido con el calor y encima en pantalón largo y con camiseta negra como a él le gusta y es que parece que se ha olvidado que ya no vive en la zona centro y que en Catalunya el calor y el bochorno van de la mano en esta época del año.


Davo en una de las mil líneas, sarcasmo, de otro bloque llamado El Dau. Era el momento de más calor del día y además de buscar sombra, andábamos buscando una zona donde la ligera brisa existente nos diera de lleno para poder seguir con lo nuestro.

Ula que aun no entendía muy bien esta roca se enfrentaba a los agujeros sobados de las otras mil líneas, sarcasmo otra vez, del Totxo Artès. Al principio de la tarde los cuerpos ya no daban para más y quizás era el momento de despedirnos de Davo y de continuar nuestro camino hacia Barcelona para completar el plan que teníamos. El domingo además pudimos quedar con mi amigo Nacho, compañero de escaladas y de aventuras durante mucho tiempo, y su mujer Carolina en su casa para hablar de nuestras cosas, escaladas, viajes, y mucho más ya que hacía 4 años que no nos veíamos y la verdad es que me hizo mucha ilusión. Una Semana Santa atípica donde hemos escalado en sitios que si me lo preguntan en enero ni lo habría imaginado pero un poco de improvisación nunca va mal. De hecho el jazz es eso, flow e improvisación y me encanta el jazz. Ahora mismo, recién llegados a Toledo de nuevo sólo quiero descansar y que venga ya el invierno.



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