Así empezaba el fin de semana durante el viernes tarde cuando recogía a Carlos Cabeza AKA Cabe, entrando en el coche rumbo a Hoya Moros y repitiendo esta famosa frase de John Muir: going to the mountains is going home. El jueves habíamos estado hablando por la tarde y habíamos visto que podíamos escaparnos a este bello paraje salmantino. De repente dos escaladores old school, amantes de la naturaleza, reconvertidos a bloqueros, miembros fundadores de la AEFS (Asociación de Escaladores FofiSanos) estábamos de risas en el coche para volver a subir a Hoya Moros, con unos tiempos de ascensión y descenso nada malos y es que quien tuvo retuvo. Arriba habíamos quedado con el ya habitual de la zona Miguel Cabezas y más tarde se nos unirían el inigualable LuisPa, Carra, Edu y sus 3 vecinas Laura, Iris y Cata.
Cabe disfrutando ya del descenso hacia la Hoya con una puesta de sol Marte style porque toda la zona coge el color rojizo del sol al atardecer. Llegamos justo a las 10 de la noche abajo para ponernos a cenar con Miguel que llevaba todo el día ahí junto a su perro Lolo. Al día siguiente nos levantábamos e íbamos a escalar sin demorarnos mucho y nos metíamos poco a poco en faena.
Cabe visualizando el canto de salida en "Línea Recta" una de esos bloques que tienen líneas muy buenas y que jamás nos habíamos parado a escalarlas. En ese mismo bloque hacíamos "Duende Verde", "Duende Rojo" y el filo de la derecha para ir calentando progresivamente.
Cabe también se hacía con "El Piano", una línea desplomada de pies finos para nada de su estilo pero quien ha dicho que no se puede mutar a los 49 años.
Miguel en "La Fisura" abajo en el río donde nos acercamos pasado mediodía buscando la sombra de Los Hermanitos.
Miguel en "El Esquinazo" ya por la tarde y es que la verdad algo de calor si ha hecho y el sol ha sido bastante castigador. Anduvimos un buen rato más escalando por aquí y por allá, incluso de noche con los frontales hasta que fuimos a dormir y no precisamente pronto.
Antes de ir a dormir Hoya Moros nos dejó otro atardecer con ese tono rojizo que adquiere todo el valle y que hace de las puestas de sol unos momentos dignos de atención. El domingo por la mañana nos levantábamos con la calma y empezábamos a desayunar a la sombra, lo cual no es un buen signo y una vez listos nos bajábamos tranquilamente a calentar y a buscar líneas que teníamos en la cabeza cada uno para ver si podíamos resolver algo antes del momento de combustión espontánea a causa del sol.
LuisPa en "Mistic River" una buena línea que hacíamos también disfrutando entre colegas.
Edu se hacía con "Tomorrowland", una línea con buenos arqueos de regletas marca de la casa y en la que el sol apenas ya dejaba sombra. Tras hacer unas cuantas líneas más por la zona volvíamos hacia la zona de La Pacheca para escalar ahí, comer, recoger las cosas ante unas nubes amenazantes y escalar algo por ahí.
LuisPa, un tio grande de los de verdad y no de tamaño, en el clásico y duro "Anomalía" donde estuvo empleándose a fondo en este bloque que requiere fuerza, técnica y arrojo. Algo después Cabe y yo enfilábamos rumbo de regreso no sin antes pararnos en el retaurante Casa Sindo donde a pesar de llegar a una hora intempestiva Manu nos obsequió con unos entrecottes marca de la casa. Justo lo que necesitábamos para meternos en el coche y emprender el camino hacia casa tras haber pasado otro fin d e semana en un sitio excepcional y con una compañía no menos excepcional.
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