Esta mañana Javi Pec, Javi Camarón, Gonzalo y yo hemos enfilado rumbo a Zarzalejo porque según los meteorólogos este fin de semana iba a caer una como la que le cayó a Noé. Habíamos quedado ahí con Diegote que andaba con su hija Daniela porteándole y habíamos pensado que sería el sitio donde podría haber algo seco. Pues estaba todo seco, pero todo de toso los sitios. La meteorología, aun sabiendo que no es una ciencia exacta, falla más que un preservativo de rejilla , así que a partir de ahora tiene el mismo valor predictivo que cualquier predicción de un pseudo-Rappel cualquiera.
Así que una vez hemos llegado, el cielo estaba cubierto y como había chispeado algo de camino, nos hemos acercado a "El Mundo al Revés", que había probado a final de temporada pasada y me gustó. A parte está cerca de coche por si llueve. Una vez ahí, hemos empezado a calentar en los bloques de la derecha de "El Mundo al Revés".
Javiqui Camarón calentando en la esquina de la derecha de "El Mundo al Revés". Una placa de regletas bastante bonita con unos elegantes movimientos. Y seguía sin llover. Al rato ya con todo el cuerpo algo rodado hemos empezado a probar "El Mundo al Revés" donde yo recordaba algo y la presencia de Diego, que se lo hace con la gorra, nos ha proporcionado la secuencia. Aunque esta secuencia era la suya, la de un tio que es más grande que la media.
Javi Pec empotrando punta-talón en la entrada de "El Mundo al Revés". La verdad es que la patata esa entre que es rara de coger y que no hacía frió nos ha regalado unos cuantos cerillazos dignos de Fosforera Española. S.A. En este momento empezaba ya a aclarar y el cielo se despejaba, hemos pensado por un momento que nos coceríamos pero la brisilla permitía estar bastante a gusto. Nos hemos movido a ver que otros bloques podáimos encontrar en sombra y nos hemos acercado a la zona del "Alunecer" que ni Gonzalo ni Javiqui Camarón lo tenían hecho. Y así se han vuelto, con las manos en los bolsillos.
Javiqui Camarón en las regletas de entrada de "Alunecer", le ha faltado tener ganas de coger el canto bueno de arriba. Veníamos con una buena paliza del bloque anterior, sobretodo con la piel bastante tocada. Como todos los bloques del sector estaban al sol nos hemos acercado a La Pradera a comer y a escalar lo que se pudiera y tras un bocata reparador nos hemos metido en mi grano en el culo, o sea el "Tam Tam". Hay que joderse con el bloque, los pies cada día resbalan más y yo cada día bloqueo menos y todas estas excusas molarían si no lo hubiera hecho nadie. Pero aparece Javiqui Camarón, que no es Kareem Abdul Jabbar y se lo lleva para el bolsillo. Chapeau.
Javiqui Camarón encadenando "Tam Tam" en un momento de rabia se ha hecho con esta bonita línea y que yo llevo el camino de morirme sin conseguir hacerla, aunque debo reconocer que le he dado por que estaba ahí y sin rabia (¿excusas?). Aprovechando que estábamos ahí hemos estado haciendo algunos de los bloques del sector y "Zarzapellejo" ha sido uno de ellos.
Javiqui en "Zarzapellejo", un bloque que nos ha servido para darle un respiro a las yemas ya que se escala más con los pies. Volvían las nubes, nunca amenazantes, y hemos enfilado hacia otro mundo, "El Mundo Feliz" en este caso. Javi y yo queríamos probar de nuevo toda la zona de abajo dque hacía un año y medio estuvimos probando y Gonzalo y Javiqui querían hacer la versión corta. Pues bueno, las yemas nos hacían chillar de dolor en la zona de abajo y rápidamente nos hemos bajado del carro. Aun así ha habido algunos pegues muy buenos.
Javi en "El Mundo Feliz", una línea que no necesita presentación. En ese momento nos hemos rendido y como seguía sin llover tras unas conversaciones telefónicas nos hemos acercado a El Escorial que estaba LuisFer en su bis-a-bis con el "Massive Attack". Yo pensaba que no iba a escalar más y me he visto dándole pegues a líneas de Cetáceos como si estuviera empezando la jornada. Ya de noche nos hemos vuelto para la furgoneta y de viaje a Toledo íbamos notando un olor a mierda bastante intenso, yo afinaba más el olfato y la clasificaba como de perro. Efectivamente, llevaba en la suela un truño de magnitudes bíblicas que nos ha acompañado con su hedor durante todo el viaje. ¿Tendré buena suerte? Eso espero.
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