Lega, que ha vuelto de Nepal fino como el bigote de una gamba; Gonzalo, que ha aparcado los videojuegos, y yo apurando mis últimas escaladas antes de la operación habíamos quedado para hoy. Un poco de escalada, Lega contando historietas de su estancia en Nepal y a tratar de hacer lo que se pudiera ante la predicción de una meteorología más adversa.
Nos hemos dirigido a El Escorial donde ya hemos visto que no iba a ser posible escalar, aun así hemos subido y les he enseñado unos bloques donde estuve hace poco para que los tuvieran fichados. Hoy estaban empapados. Como tengo la cabeza más dura que el casco de Darth Vader he sugerido ir a Zarzalejo para ver que nos encontrábamos.
Revolución entre los buitres, mal presagio, no sé en concreto cual pero mal presagio del que sea, sólo llegar. Todo estaba húmedo pero había algo de brisilla, así que hemos aparcado y subido a ver un bloque que ellos no conocían y yo probé en una ocasión, "El Mundo al Revés".
Seguía chispeando por lo que hemos estado haciendo tiempo, de aquella manera y de repente me he empezado a venir arriba y les he hecho ir a por las cosas, estaban perretes pero se han animado. Se ha calentado poco a poco como se ha podido y le hemos empezado a dar al bloque. La vez que lo probé me meneé menos que hoy que le he dado unos buenos trompazos. Hacía unos 6ºC de temperatura y una humedad alrededor del 100%, con la nube metida ahí y aun así he visto un color que no lo vi la única vez que lo había probado.
Lega en la entrada a "El Mundo al Revés", apretando con todo aunque le ha costado entrar en el bloque, lo cual no me extraña porque empezar frío sin calentar te puedes dejar los músculos tiesos como el pene de un yak nepalí. Un poquito de descanso, aire, caladitas, un sorbo de mi bebida de guaraná y ahora yo.
En "El Mundo al Revés", donde después de calentar me sentaba para empezar e iba como un tiro y a los pocos pegues ya estaba tratando de aguantar la puerta, una vez desempotras el pie derecho. Gonzalo se ha animado y ha empezado a probarlo también aunque siempre pendientes de la Espada de Damocles en formato tormentón que acechaba sobre nuestras cabezas. Y justo cuando he dado el mejor pegue y ya tenía mi método la lluvia, si esa lluvia que ha falado todo el invierno, ha empezado a aparecer primero en formato líquido y luego sólido. Ha caído una granizada muy seria. Suerte que el bloque desploma y nos hemos podido cobijar. De modo que hemos aprovechado para comer, beber, algún canardito y más historietas sobre Nepal.
La cara que se nos ha quedado mientras granizaba, ya que el día parecía que abría un poco y todas nuestras esperanzas han bajado y se han puesto al nivel de las que reinan en relación con la crisis que azota el país. Nuestro plan de movernos a por más bloques secos se ha truncado. Y poca cosa más, una sesión de una o dos horas y para casa pero al menos lo hemos intentado y nos hemos movido.
Me está llegando, no sé de donde, una motivación que flipo, así que a ver como bajo yo esto (suena a empalme mañanero pero no lo es).
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