Este fin de semana ha sido bastante más tranquilo al final de lo esperado, porque ante unos planes iniciales muy atractivos finalmente con la visita de Kaja y Ula aun medio convaleciente de una cirugía en una muela del juicio nos hemos hecho gran cosa. Sin embargo, ayer por la tarde necesitábamos algo de movimiento y nos acercamos a El Ventorrillo aprovechando las fantásticas condiciones meteorológicas.
Rápidamente Ula se soltaba la melena y se olvidaba de dos semanas chungas y del dolor y empezaba a disfrutar como siempre en los bloques, a la vez se daba cuenta que no estaba tan mal como ella se imaginaba.
Cooper posaba para Ula mientras nos observaba escalando.
Kaja conseguía hacer alguna línea más de las que no pudo escalar una semana antes.
¿Quien es el mejor de todos? La tarde dio hasta para ponerse una sudadera, lo cual es de agradecer cuando sales desde Toledo con un clima norteafricano.
Kaja marcando los tiempos en una bandera muy académica.
Al final de la tarde aprovechando el fresco, Ula y yo nos hacíamos con la mejor línea del bloque y que es característica por dos regletas, la primera que es muy buena y la segunda que muerde como una piraña. Finalmente, nos volvíamos a casa contentos con la sensación de haber escalado una tarde en muy buenas condiciones para estar en agosto. Ahora ya toca pensar en la próxima escalada.
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