Como cada año durante el verano en Hoya Moros se reúnen reciclados de las más diversas procedencias. Me explico, gente de aquí y de allá, de todas las edades que se van a pasar unos días o semanas haciendo que el vivac de la Pacheca parezca el mismísimo Camp 4 de Yosemite, bueno igual se me ha ido un poco la mano con la comparación. Yo había quedado el miércoles con Indi, Mikel, Till (que es el okupa oficial), Marco, Álvaro y Jaime. Además había mucha gente de todos lados, más lo que me he cruzado hoy cuando yo bajaba y ellos subían. Cuando llegué yo, ya se habían hecho fuertes en el vivac del Cimata por lo que la comodidad estaba asegurada.
El jueves despertábamos más tarde de lo acordado la anoche anterior y nos lo tomábamos además con más calma de la esperada pero empezábamos calentando en la zona.
Indi en "La Arista Vinagre", un bloque que no habíamos hecho ninguno de los del equipo de Reciclados del Cimata y que disfrutamos mucho.
En "Criptex" estirando al límite del punto de no retorno, en concreto el de mi columna, e inmortalizado gracias a Indi que cogió mi cámara.
Indi bloqueando fuerte en "La Isla del Tesoro", una de las joyitas a la sombra de este sitio tan peculiar donde a lo largo del día pasas frío, calor, bochorno, sed, hambre, fatiga y sueño de forma cíclica. Llegando ya a las 15:30 horas nos íbamos a refugiarnos del sol y a comer para luego pegarnos la siesta de los campeones y proseguir con el acoso y derribo de bloques por la tarde-noche.
Clásica puesta de sol y a la vez pistoletazo para las grandes gestas y retos de renombre.
Indi entraba en modo kamikaze con la mente puesta en la salida de "Shangri-La" y como veía que no podía subir también se metió en la línea de la derecha, la vecina "Juego de Tronos". Finalmente, rendidos ante la evidencia nos retirábamos a cenar a medianoche para al día siguiente levantarnos pronto e ir a los bloques que queríamos probar cada uno. Buena cena, buenas risas, buenas chistorras y a la cama, o mejor dicho al crashpad.
A pesar de contar con un despertador con un contundente tono de cencerros salvajes, nos volvíamos a despertar tarde, volvíamos a desayunar con la calma y salíamos con calorcete todavía aguantable gracias al viento.
Mikel tenía ganas de "Kinkal Krack" y no tardaba en sacar su secuencia para subirse por esta clásica línea.
Indi andaba con la mosca detrás de la oreja con "Producto Infinito" y no paró hasta que lo probó y vio que las condiciones a esa hora ya eran entre malas y nefastas. Repetimos el mismo plan que el día anterior, comer, siesta y volver por la tarde a escalar.
Till en "La Arista de la Pacheca" donde se dejó encerronar por Indi pero sólo un rato y rápidamente lo descartó. No como Indi que fue claramente en progresión hasta que se rindió, aunque estuvo muy arriba y no caía porque le faltara algo, simplemente por la intimidación de la altura. Así que ya era el momento de cenar de nuevo a la 1 de la madrugada y la promesa de levantarnos pronto hoy otra vez para que Indi y Till fueran a probar el "Portucuco" a primera hora. En teoría hoy iba a ser más fácil ya que yo si me levantaría pronto para regresar a casa. Cuando me he levantado he intentado despertar a Indi pero ni me ha oído ni a las vacas. Ya sólo cuando recogía y me iba nos hemos despedido pero no se ha levantado, de nuevo al saco. Ahí he dejado a los reciclados.
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