El viernes por la tarde Ula y yo llegamos a Aguilar de Anguita donde nos esperaban un grupete muy variado pero con mucho en común, por un lado El Quayle y Claudia y por otro Marina, Raquel, Rober, Johny y Pepillo Tomates. Era la primera vez de todos ellos y ya llevaban un par o tres de días escalando por Alcolea del Pinar con mis recomendaciones desde mi despacho del trabajo. La intención era escalar el sábado ahí donde estábamos acoplados pero nos levantamos con la niebla pegada a la hierba, viento helado, temperaturas bajísimas y chispeo constante. Para todo el equipo era ya su último día de escalada y aceleraron el retorno pero Ula y yo viendo que no mejoraba, ni siquiera abría una ventana, le dije que yo podía plamar un día pero no dos seguidos. Con toda seguridad el domingo iba a ser más de los mismo si la niebla no se había levantado ya. Y entonces Ula soltó -¡Estamos a casi dos horas de Bezas!-. A las 15:30 h estábamos escalando en el sector El Barco con bastante frio porque es sombrío pero con algo de solete en algunos puntos.
Marko vio las líneas e inmediatamente se metió en ellas, siendo la primera "El Enano Amarillo". Luego subimos a ver otra línea que le mostré, "El Bisnes", para luego subir a "Batwoman" donde ya había estado probando un día y ejecutó tan rápido que ni siquiera estaba mirando en ese momento. Con la satisfacción del deber cumplido y ya cayendo la noche nos fuimos hacia las furgonetas para cenar y a dormir pronto algunos, como yo. La cena fue una mierda porque yo hice la compra el viernes y luego preparé todo para finde ordinario y no para finde largo por lo que la cena de ayer y el desayuno de esta mañana han estado más racionados que en ¡Viven!. Esta mañana tras el desayuno ha empezado a chispear primero de forma alterna y luego ya se ha quedado de forma constante por lo que hemos decidido emprender el regreso al hogar.
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