La verdad es que siempre intento convencerme que no, que se puede escalar, que esto no se ha acabado todavía este año, que a pesar del calor se puede seguir escalando. Sin embargo, la realidad dice todo lo contrario. Este fin de semana aun sabiendo que ya no haría ni fresco, Ula y yo fuimos a La Pedriza porque teníamos el domingo una mandanga por hacer en Madrid. El viernes fuimos a El Tranco donde durmimos de cara a escalar en el Laboratorio buscando la sombra que ofrece La Camorza. Muchos recuerdos de una época muy importante de mi vida a nivel de escalada no dejaban de pasarme por la cabeza cada vez que psaba por un bloque u otro. Como es fácil de intuir, no había puente de troncos ni nada parecido por donde cruzar el Manzanares que baja bastante bravo gracias a las lluvias de los últimos meses. Nos tocó quitarnos las zapatillas y los pantalones y cruzar el rio por la mañana con lo poco que apetece por la mañana.

Ula en "El Matiz", un clásico del sector que le recomendé pero que quizás no valoré suficientemente que puede que se trate de un línea para días de más frio.
Ula en "La Rampa", en otro de los bloques en los que estuvimos escalando porque las condiciones que hbaía eran bastante nefastas para nuestros planes por lo que había que improvisar e ir escalando lo que se dejara.
Al final de la jornada todavía quedaba cruzar de nuevo el rio y esta vez tenía como positivo un masaje helador para los gemelos pero como aspecto negativo, que al estar cansados costaba más andar en equilibrio pisando las piedras del fondo. En cuanto llegamos a la furgoneta vimos que el Bar el Buho estaba abierto, estuve saludando a Sergio que hacía años que no le veía y estuvimos un buen rato tomando algo con él. Más tarde aparecía Chesco que igual hacía que no le veía los mismos años que al anterior. Me hizo ilusión verles y hablar un rato con ellos para luego cambiar de parking y entrar dentro del parque para dormir en el parking de Cancho Islazo con la intención de esclaar hoy ahí.
Hoy por la mañana hacía ya más calor que ayer y además había bastantes más bichos también, al igual que personas. Aunque a Cooper todo esto se la traía al pairo. Justo cuando estábamos acabando de desayunar han pasado Diegote y Yolanda en bici que iban a hacer unos kilómetros y se han parado para hablar un rato. También hacía tiempo que no veía a Diego, desde octubre en Fontainebleau. Afortunadamente, en este caso sólo se trataba de meses y no años como con Sergio y Chesco. Nuestra intención era subir a Cancho Islazo pero Diego nos ha recomendado unas líneas cercanas muy buenas y la verdad, ante el calor que se presumía nos ha ido muy bien quedarnos ahí.
Hemos estado calentando y luego he podido hacer esta nevera desplomada de compresión muy buena (Foto de Ula) pero el calor no nos ha permitido hacer mucho más. Veremos que estrategia cogemos a partir de ahora porque esto a mi ya empieza a desesperarme y eso que no ha hecho más que comenzar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario