Temblando en El Tiemblo

Ayer por la tarde tras haber cumplido con todos los deberes Ula y yo decidimos que iríamos a escalar a El Castañar en El Tiemblo pero antes para mitigar el calor volcánico pararíamos en San Martín de Valdeiglesias para darnos un baño. Tras una semana de puro fuego necesitábamos algo que cambiara el chip y como Ula no conocía la parte lúdica sin escalada de SanMar, acabamos en Costa Madrid. Buen nombre para una playa en el Pantano de San Juan, con dos cojones. Afortunadamente a esa hora la gente ya se iba y ello nos llevaba a pensar como habría estado el pantano ayer durante todo el día en sábado.

A las 20h de la tarde Ula y Cooper nadaban como Ariel y Sebastián en La Sirenita. en el Pantano de Sant Juan, sector Costa Madrid que quede bien claro. Tras un buen rato disfrutando del lugar decidimos ir a tomar algo en un chiringuito, que poco acostumbrado estoy a los precios madrileños, y ya casi de noche pusimos rumbo hacia nuestro destino. 

Ula y Cooper contemplando el diferente tono de verde que hay entre la parte donde abundan los robles y la parte donde los castaños empiezan a coger carrerilla para pasar el verano, florecer y dar sus frutos ya en otoño. Esta mañana a las 8 y media estábamos en pie y a las 10 arriba en El Castañar para empezar a escalar y aprovechar esos 15ºC que no recordábamos ya lo que significaban. Efectivamente, nos ha pillado algo por sorpresa y hemos tenido que subir con sudadera todo el camino.

Ula calentando en "Kintomas" con todas las camisetas tipo top que tenía puestas una encima de otra porque no había cogido ninguna camiseta normal.

Ula poniendo a prueba sus conceptos de escalada en bavaresa en la fisura "Yilli's Crack" en la parte alta del sector.

En una de las masterpieces del sector llamada "Meigas", obra de los hermanos Luís y Raúl Alonso principales aperturistas de la zona y autores de la guía de escalada de Burguillo que incluye también las zonas de El Tiemblo (Foto de Ula). Con la guía en la mano hemos seguido localizando todos los bloques y los que estaban en sombra merecían una parada porque si bien no hacía mucho calor, todos sabemos que sol y granito no suelen mostrar mucha compatibilidad. Ya cuento los días que faltan para volver en condiciones más propicias como en otoño, porque además el paisaje es sublime. De momento, nuestros cálculos para escalar decentemente y sobretodo dormir, no han fallado.